Día de mucha angustia en el Nuevo Mirandilla. No solo porque el Cádiz sigue encadenando derrotas, esta vez ante el Barcelona, sino por los duros momentos que se vivieron en la grada. En el el último tramo de partido, alrededor del minuto 80, un aficionado se desplomó y los servicios médicos tuvieron que atenderlo de urgencia. El partido, en ese momento, se paró, y aunque se jugaron los minutos restantes, el ambiente ya no era el adecuado.
El Cádiz salió muy intenso, apretando y teniendo una ocasión clara en apenas un par de minutos de partido. Sobrino recibió un balón en una buena posición, pero su disparo fue malo y no vio portería. Ese fue el único momento en el que conjunto gaditano inquietó al Barça en la primera mitad. Porque, a partir de ahí, el cuadro catalán se hizo con la posesión y comenzó a mover el balón con calma. Y aunque el Cádiz apretaba arriba e intentaba incomodar, los blaugranas empezaron a llegar con claridad sobre la portería de Ledesma.
Raphinha tuvo la primera, con un disparo que se estrelló en el palo. El Cádiz sabía que ahora le tocaba replegar y defenderse, pues la superioridad culé ya se hacía notar. Consiguieron evitar que el Barça tuviera grandes oportunidades durante muchos minutos, pues no sería hasta el tramo final del primer tiempo cuando los de Xavi volvieron a poder marcar. Memphis y Ferrán tuvieron sendas ocasiones muy claras de gol, pero por fortuna para los amarillos, ambos enviaron el balón fuera.
Si el partido seguía así, el Cádiz lo iba a tener muy difícil para aguantar el segundo tiempo con el 0-0. Y nada cambió tras el descanso. El Barça seguía con su dominio absoluto del encuentro, y los goles acabaron llegando. Primero marcó De Jong, quien solo tuvo que empujar el balón tras un pase de Gavi. Unos minutos después, le tocó el turno a Lewandowski, que finalizó a placer un contragolpe de los culés. El partido estaba visto para sentencia, pues ambos goles dejaron muy tocado al Cádiz.
Con esa ventaja, el Barça se dedicó a dormir el partido, ante un Cádiz ya completamente abatido. Llegó el minuto 80, y el centro de atención pasó del césped a la grada. Y no por buenos motivos. Un espectador tenía que ser atendido, el árbitro paraba el juego y se veían imágenes muy representativas de los difíciles momentos que se vivían en el Nuevo Mirandilla. Ledesma tenía que llevar corriendo un desfibrilador a la zona donde esta ese espectador. Los minutos pasaban, los médicos seguían atendiendo a ese espectador. El árbitro acabó decretando que los jugadores se marcharan a vestuarios.
Tras una eterna y angustiosa espera, el aficionado acabó siendo evacuado en camilla para ser llevado al hospital. Los jugadores volvieron a salir al terreno de juego para acabar de disputar lo que quedaba de partido. El Cádiz salió con la intención de hacer un último esfuerzo, pero el Barça no tardó en hacer el tercero, por mediación de Ansu Fati, y apagar esa intensidad. Dembele hizo el cuarto para terminar de cerrar el partido. ç