El Betis se encuentra a un partido de finalizar un mes de enero que no ha terminado como el club y sus aficionados hubiesen querido. Dos eliminaciones por penaltis, en la Supercopa ante el Barca y en la tan deseada Copa del Rey frente al Osasuna, sumada a una dura derrota en Liga en Cornellá ante el Espanyol, han dejado al equipo en una situación de incertidumbre por el devenir de la temporada.
Febrero se presenta como un mes clave para la consecución de los objetivos marcados a principio de temporada para los béticos. La clasificación a Europa es una obligación para el conjunto de las trece barras si quiere mantener a sus estrellas dentro del proyecto de la próxima temporada. Los Fekir, Guido o el propio Borja Iglesias tienen un gran cartel por toda Europa y económicamente al club le sería complicado poder retenerlos ante las mareantes ofertas que llegan desde fuera.
FEBRERO COMO PUNTA DE LANZA
Para los de Pellegrini el mes comienza con el “gordo”. La revancha de la Supercopa frente al Barcelona dará el pistoletazo de salida a este reto pero esta vez, el partido se disputará en el Villamarín, ante su público. El partido corresponde a la jornada aplazada por la disputa de la Supercopa de España y un buen resultado para el Betis dará un impulso extra a la plantilla de cara al resto de partidos.
De los cinco encuentros que tendrá el Betis en Febrero, tres serán en su estadio, ante su gente. El anteriormente citado frente al Barca, y los duelos ante Celta y Valladolid de las jornadas 20 y 22 respectivamente. Las estadísticas corren a favor de los locales en Liga: de nueve partidos disputados en su campo, cinco han terminado en victoria, tres empates y tan solo una única derrota por la mínima contra el Atlético de Madrid el 23 de octubre. Los dos partidos restantes, contra la UD Almería primero y el Elche para cerrar el mes, los verdiblancos parten como favoritos ante rivales, teóricamente, inferiores en cuanto a calidad, pero que en un partido de 90 minutos pueden causar mucho peligro.
UN MES AGRIDULCE PARA LOS BÉTICOS
Históricamente Febrero ha sido un mes muy irregular para el Betis en cuanto a resultados. Sin ir más lejos, el año pasado de los ocho partidos disputados, cinco acabaron con victoria, incluido un 0-4 en Anoeta ante la Real de mucho prestigio. Un único empate a cero en la última jornada de la Europa League con la clasificación ya lograda frente al Zenit, tampoco empañaría el mes de Febrero de los de Pellegrini, sin embargo, las dos derrotas del equipo fueron dos golpes duros en la temporada bética: un 0-2 en casa contra el Villareal, rival directo por los puestos europeos y la derrota por 2-1 en el derbi ante el Sevilla.
En la temporada 2020-21, temporada en la que el conjunto bético terminaría en puestos europeos, el mes de Febrero continuaba la tónica de los últimos años. De los seis partidos disputados durante esos 28 días, cuatro acabarían con victoria verdiblanca. No obstante, las dos derrotas sufridas por los pupilos de Manuel Pellegrini, que disfrutaba de su primera temporada como técnico del Betis, fueron dos derrotas importantes: un 2-3 en casa contra el FC Barcelona y la eliminación de la Copa por parte del Athletic Club del Bilbao, también en casa y por penaltis.
UN PRECEDENTE MUY NEGATIVO
Hay que remontarse a la temporada 2019-20 para encontrar un precedente devastador para el club. En una temporada muy convulsa en la era post Quique Setién, Rubí que no terminaría el curso como entrenador bético, tuvo un mes de Febrero que se saldaría con un balance de dos empates, tres derrotas y ninguna victoria.
Un mes similar condenaría al Betis a sufrir un final de temporada de muchas urgencias y con el riesgo de no lograr una clasificación europea que comprometería el futuro a corto plazo del club a nivel económico y deportivo. Con todo, el plantel dirigido por el técnico chileno ya ha demostrado estar capacitado para sobreponerse a situaciones complicadas y esperan estar a la altura de lo que sus aficionados les reclaman y de lo que ellos mismos se exigen.