Después del anuncio el pasado martes hecho por el propio Cordón de que abandonaba la dirección deportiva del Real Betis, repasamos su trabajo y trayectoria en el equipo verdiblanco tras casi tres años.

Llegaba en una época complicada, en plena pandemia y con mucha incertidumbre, tanto a nivel deportivo como, sobre todo, a nivel económico. Después del golpe que significó el Covid para todos los clubes, el verano de 2020 se presentaba como un auténtico reto para todos los directores deportivos de los equipos de La Liga.

En un primer verano con apenas tiempo para trabajar, puesto que su llegada se produjo a finales de julio, el proyecto de Antonio Cordón echaba a andar con una filosofía clara: fichajes a bajo coste y sin grandes inversiones.

El primer verano con él al mando de la dirección deportiva ya se pudo ver un claro reflejo de su filosofía. Martín Montoya procedente del Brighton, Víctor Ruiz del Besiktas y Claudio Bravo del Manchester City llegaban a la entidad verdiblanco y todos ellos a coste cero. A su vez, Juan Miranda también llegaba en calidad de cedido desde Barcelona.

Un mercado que también supuso un verano importante en ventas y que aliviaron, en gran medida, las cuentas del Betis después de la pandemia. Giovani Lo Celso, Antonio Sanabria y Zouhair Feddal abandonaban el club dejando en sus arcas más de 40 millones de euros.

LA RENTABILIDAD, MARCA DE LA CASA DE CORDÓN

El siguiente mercado de verano, el primero completo de Cordón, siguió con la tónica del año anterior: fichajes a bajo coste y grandes ventas para mantener al club. En esta ocasión era Emerson Royal, dueño de la banda derecha del equipo, quien se marchaba al FC Barcelona por 9 millones. Esa misma temporada también abandonaban el club Aissa Mandi, capitán verdiblanco, y Sidnei, dos jugadores con altos salarios que seguían aliviando las cuentas del Betis.

En el capítulo de llegadas de ese verano llegaron al club refuerzos clave en la consecución de los éxitos de dicha temporada como lo fue la Copa de Rey y la clasificación a Europa. Germán Pezzella regresaba en su segunda etapa al equipo después de su paso por la Fiorentina y lo hacía a cambio de 3,25 millones. Por otro lado, también llegaban a coste cero jugadores importantes como Rui Silva, Juan Miranda y Youssouf Sabaly y en forma de cesión William José y Hector Bellerín.

UN ÚLTIMO MERCADO MUY CONVULSO

Durante su último mercado de traspasos veraniego, Cordón tuvo que tomar decisiones que no gustaron del todo a la parroquia verdiblanca. La venta de Marc Bartra al futbol turco por poco más de un millón de euros fue un movimiento muy criticado por la afición, por la importancia del jugador en los esquemas de Pellegrini y por ser un jugador muy querido. Sin embargo, esta no sería la venta más criticada. En el mercado invernal, la venta de Alex Moreno al Aston Villa de Unai Emery por 13,5 millones de euros supondría un terremoto en el Betis.

Por otro lado, en ese mismo verano se harían dos inversiones importantes y poco comunes durante los años de Cordón como lo fueron los 10 millones pagados por William José para hacerse con los servicios del jugador en su totalidad, y los 8 millones pagados previamente al Fluminense por Luiz Enrique. Recientemente, y obligados por la marcha de Alex Moreno, tuvieron que pagar 7 millones al Atlético Paranaense por Abner Vinicious en lo que son las ventanas de traspasos que más ha gastado el club con Cordón al mando. Por último, su última labor ha sido la contratación de Ayoze Perez con una cesión hasta el final de temporada que ilusiona mucho al beticismo puesto que es un jugador que se espera mucho de él.

Con un proyecto consolidado y exitoso, Cordón abandona el club estrictamente por motivos personales como el mismo pudo confesar en la rueda de prensa de ayer y, aunque la pérdida es un duro golpe para el Betis, las bases del proyecto están sentadas gracias, en parte, al trabajo de Antonio Cordón.

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