No damos para más.

Por Juan Cantó

Hace 17 años, de la mano de Juande, Monchi y Del Nido, hicimos una de las mejores plantillas de la historia del fútbol español, y europeo, nos clasificabamos para la Uefa, fue un periodo inolvidable, totalmente apoteósico, ganábamos títulos de todos colores.

MONCHI Y UNAÍ EMERY

Los temas judiciales y personales acabaron con Del Nido. Y llegó Castro, que de la mano de Monchi y Emery, de nuevo hicieron plantillas muy competitivas que nos metieron de nuevo en la órbita de metales plateados. La etapa dorada no había acabado, resurgía de nuevo la apoteosis.

Pero Monchi se marchó, como diría Perales en su canción, y yo aún no sé porqué, ni nadie se pone de acuerdo en los motivos reales de la salida de nuestro León hacia tierras romanas.

Llegaron un par de años duros, la dirección deportiva daba todas o casi todas las paladas de arena. Muy poca cal, muy poco acierto, muy pocos resultados sin nuestro León, y muchas menos plusvalías. Los resultados eran mediocres, parecía el verdadero final de una etapa, época más bien, apoteósica.

Y volvió, tuvo que volver el director deportivo más felino de la faz de la Tierra. Volvía a su casa, todos eran buenas caras, Castro veía aliviada su situación y sus paupérrimas elecciones en esa parcela de la dirección deportiva. Llegaron cuatro clasificaciones Champions, esta última la semana pasada ganando la Séptima Uefa. Pero se cambió el modelo. Antes venían hombres que solo conocía Monchi y su equipo y en un alto porcentaje eran pelotazos posteriores con sus plusvalías correspondientes. Ahora se fichaban nombres, muchos de vuelta o en etapa de estancamiento, algunos cedidos, otros libres, etc etc……(Papu, Januzzaj, Isco, Martial, etc etc). Jugadores de rápida adaptación y rendimiento inmediato, al menos, eso se creía.

Los pocos que generarían plusvalías eran vendidos rápidamente (Diego Carlos y Koundé). Las cuentas eran lo primero. Cuadrar presupuestos estaba por delante de la famosa arma de nuestro club, vender solo por ofertas fuera de mercado.

Entretanto se vieron también los serios problemas de personalidad y capacidad de liderazgo, de categoría presidencial a la hora de defender los ataques al SFC. Castro, y Del Nido Jr, quedaban retratados en la última junta general de accionistas, todos los puntos del orden del día eran echados para atrás, poco más o menos que un empujón en toda regla de la mayoría del accionariado para que se apartaran de la dirección de la nave sevillona.

Desde entonces, estamos mal, porque estábamos muy mal, nada salía, algunos, como Del Nido Jr de puso a fichar entrenador y nos trajo a Sampaoli, con sueldazo y finiquito incluido. Pero ya no estamos tan mal, no no, porque incluso tras tocar plata milagrosamente lo que estamos es aún mucho peor.

Castro nunca fue tampoco exitoso en sus negocios personales. De ahí que tenga en el sueldo del SFC la única pantalla para hacer frente a dichos negocios ruidosos del que sufre algún embargo nominal. Va a estar agarrado a ello como un flotavidas en medio del Pacífico. Y su compañero Del Nido Jr. pues exactamente igual, porque ya da hasta discursos a la plantilla modo Monchi.

Y ahora Monchi dice que quiere irse. Y llega el choque de trenes. Y los achaques de unos a los otros. Que si tú te metes en mi parcela, que si tú has traído a Dolberg, que si tú me pones al Psicólogo de los escalafones inferiores por delante mía, y que si yo traigo a Mendi estaríais en la Uvi de la segunda planta por abajo, y bla bla bla, bla bla bla.

Qué pena…….. no damos para más.

Por FRANCISCO JAVIER SERRATO

Director Gerente del Grupo Empresarial Brand Leader Comunicación SLU. Nacido en Sevilla , oficina en calle Antonio Machado local 5 Mairena del Aljarafe.

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