Un quiero y no puedo, así se podría resumir el encuentro entre UD Almería y Celta de Vigo (2-3), en el que los indálicos resurgieron ante dos errores propios en un duelo en el que dominaron en intensidad, pero no en efectividad. Los fallos individuales condenan otros tres puntos y el equipo que comienza a entrar en una mala dinámica antes del parón de selecciones.
Salir a dominar al encuentro se ha convertido en un clásico del Almería. Ya lo probaron ante el Real Madrid y les funcionó. Con el Celta de Vigo delante, los andaluces volvieron a manejar el encuentro desde los primeros minutos. Presión en campo rival y buscar portería, así llegó el primer intento de Embarba, que no se lo piensa cada vez que tiene la portería a tiro. Siete minutos tardó Akieme en poner a prueba la concentración de Iván Villar, quien repelió un chut forzado para encerrar a los visitantes en menos de diez minutos. La entrada de Melero por Arribas se hizo notar en la segunda mitad con una asistencia.
Iago Aspas, como siempre, comandaba el peligro de los gallegos. El de Moaña filtró balones a la espalda local para estirar a los de Benítez, encerrados por la insistencia rojiblanca. De ahí llegó la primera parada de mérito de Maximiano, quien tapó el intento de vaselina de Manu Sánchez. El lateral zurdo se las tuvo durante buena parte del encuentro con Embarba y Pubill.
No fue hasta el minuto 24 cuando un centro llovido de Aspas fue cabeceado por Unai Núñez ante la pasividad de Pubill. Primer remate a puerta, primer gol visitante, tocaba remontar. La grada tenía claro quien había fallado en el tanto y aclamaba a Fernando Martínez.
Golpe psicológico de Unai Núñez
El primer tanto vigués noqueó a un Almería que salió valiente. Los errores individuales lastraron al equipo y una pérdida de Baba cerca de su área dejaba que Strand Larsen marcase a placer y pusiera el 0-2 ante una afición que mostraba con silbidos su descontento con algunas caras nuevas. Pero Embarba insistía e insistía. Suyo fue un centro que remató Melero, pero se fue rozando el poste derecho de Villar. Ramazani se quedó a centímetros de recortar distancias y hacer bueno el corte de Baba, pero la bola no entraba.
El marcador indicaba que urgían cambios. Tras el descanso, el propio Adri Embarba dejaba su lugar para la entrada de Koné. El protagonismo del extremo madrileño recayó sobre Ramazani, que aportaba desborde, pero falta de clarividencia en la toma de decisiones. Un gol pronto podía cambiar el encuentro y Akieme empujó a la red el pase de la muerte de Melero.
Con el Almería asediando el arco visitante. Vicente Moreno introdujo a Arribas y Lopy en busca del empate. Menos de un minuto necesitó el ex madridista para empujar el centro de Largie Ramazani tras una gran jugada individual. Koné estuvo a punto de remontar el partido, pero Villar desbarató un mano a mano al que llegó muy forzado.
El encuentro se puso trepidante, un ida y vuelta en el que Maximiano respondió con un paradón al remate al palo largo de Iago Aspas y respondía Arribas con otro fallo sólo ante el portero. Respuesta contra respuesta, Maximiano volvía a ganar enteros salvando milagrosamente un cañonazo de Mingueza. Con un partido en fase anárquica, Pubill sacó bajo palos el remate de Bamba sin portero. Swedberg decidió el encuentro en el 87‘ tras un cabezazo inapelable para dejar con la miel en los labios a un Almería que peleó hasta el final por los puntos y que se va al parón con incertidumbre.