Cuántas sensaciones las de pisar el mismísimo Ramón Sanchez Pizjuan inserto en su tribuna más popular, La Gol Norte, y vivir desde bien adentro el sentimiento Sevillista.
Lo primero que se palpita es un sentimiento de arraigo muy pronunciado, que se manifiesta en la salida del equipo, con sus seguidores con una mano en el corazón cantando el himno del Club con un afecto inconmensurable.
Esa salida al campo de juego vestido de rojo y con el público estremecido intimida lógicamente al rival de Turno. En este caso el Girona logró una gran victoria de visitante por errores propios del local y por no saber Sevilla definir las situaciones creadas.
En el centro de la Tribuna «los Ultras» cantan y cantan todo el encuentro sin importar el marcador actual, con un animador principal que, con Micrófono en mano maneja los hilos de los cánticos de la parcialidad. Esto es algo que en Argentina no se visualiza, ya que las hinchadas cantan lo que va saliendo pero del seno común, no de lo que perfila un solo espectador.
Siguiendo con las canciones, es increíble la cantidad de temas de origen argento que se corean en el Sanchez Pizjuan, diría hasta que somos en un gran porcentaje su fuente de inspiración. Singles de Callejeros, Fito Paez, La Mosca, Gilda y hasta Sergio Denis tienen su reversión andaluza y suenan muy bien, demostrando que el océano es solo un límite geográfico.
Me llevo la Pasión con la cual el Sevillista se expresa a favor cuando los resultados acompañan y la furia pidiendo la dimisión de hasta su Presidente cuando las papas queman. Así es el Fútbol, tan pasional como apasionante y en Sevilla se le hace honor a esta consigna.