El mercado de fichajes del Sevilla FC ha sido realmente atípico. Si bien es cierto que se han traído futbolistas que cumplen con las expectativas creadas, hay muchos otros que quedan lejos de estas. Los aficionados sevillistas quieren explicaciones y que su club vuelva a ser el gigante de mercado que era antes, con un modelo de compraventa de jugadores ya obsoleto y que muchas otras entidades han copiado.

Víctor Orta llegó como director deportivo al Sevilla FC hace unos meses tras el malestar con Monchi por su situación. El madrileño se encontró con un equipo que fue campeón la de la UEFA Europa League y desde la llegada de Mendilibar estaba haciendo todo bien… hasta ahora. La realidad es que a los nervionenses, por mucho que hubieran conseguido el hito de remontar en la clasificación liguera del 20º al 7º y ganar un título europeo, les faltaba mucho fondo de armario y sobre todo, profesionales comprometidos con su escudo, o, al menos, consigo mismos y su profesión. Así se ha visto demostrado en estas primeras tres jornadas de La Liga EA Sports, en las que no han conseguido ni un solo punto y van colistas de la competición.

Cuando el nuevo encargado del área deportiva arribó en la capital hispalense, quedaban muchas cosas por hacer y desde el minuto uno se puso manos a la obra; en su presentación anunció el fichaje como agente libre de Adrià Pedrosa y que cambiaría por completo la plantilla del equipo para que tuviera más para competir en todos los torneos. Ambicioso como él solo, Orta puso nombres sobre la mesa de la dirección del Sevilla que eran bastante atractivos, pero lo que no supo hasta casi mediados de julio es que el club tenía una gran deuda y necesitaba vender para comprar, por lo que todo el equipo estaba en venta. Llegaron Pedrosa y Gattoni, este último firmado anteriormente por Monchi, y se obtuvo en propiedad a Loïc Badé pero eso no era, ni mucho menos, suficiente para mejorar lo que había.

Todos los movimientos en las oficinas de la planta noble del Ramón Sánchez-Pizjuán comenzaron a darse desde la salida de uno de sus efectivos más importantes, Yassine Bounou. El meta marroquí, descontento con su papel en el plantel, decidió aceptar una propuesta de más de 20M € del Al-Hilal y la portería se quedó medio huérfana. Las salidas fueron, en resumen, las siguientes: Bounou traspasado al Al-Hilal, Delaney y Augustinsson cedidos al Anderlecth SC, Montiel cedido al Nottingham Forest, Iván Romero y Carlos Álvarez traspasados al Levante UD, Rekik traspasado al Al-Jazira, José Ángel Carmona y Óscar Rodríguez cedidos al Getafe CF, Luismi cedido al CD Tenerife, Nacho Quintana traspasado al Lugo FC, Rony Lopes traspasado al Sporting de Braga, Pedro Ortiz cedido al Vizela y por último, Papu Gómez, Tecatito Corona e Idrissi rescindidos.

Gracias a esas salidas, pudieron llegar, por fin, nuevos refuerzos en el último cuarto de mercado. A los mencionados Pedrosa, Badé y Gattoni, se sumarían a la lista de fichajes Soumaré, Nyland, Mariano Díaz, Djibril Sow y Dodi Lukebakio. Algunos de estos movimientos fueron criticados, pero la verdad es que dentro del frenético y atípico mercado de fichajes que ha tenido este verano el Sevilla FC, Víctor Orta ha solucionado parcialmente algún que otro problema. Si este club quiere luchar por cosas grandes, debería moverse mucho mejor, aunque lo primero es reducir la deuda que ahoga en estos momentos a la entidad rojiblanca.

Por Manuel de Olmedo Carrasco

Estudiante de Periodismo en la Universidad de Sevilla

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