El Córdoba CF remonta en Anduva y cierra el año con un triunfo de carácter (1–2)

El Córdoba CF firmó una victoria de enorme valor en su visita al CD Mirandés, imponiéndose por 1-2 en un duelo disputado y con fases de dominio alterno. El conjunto blanquiverde, necesitado de un golpe de confianza lejos de casa, respondió con una actuación sólida y madura que le permite mirar al futuro con otro ánimo.

El partido arrancó con un Córdoba valiente, decidido a mandar desde el inicio pese al empuje del Mirandés en su estadio. Los de Iván Ania, bien plantados y con las ideas claras, encontraron pronto el premio a su ambición.

El 0-1 llegó en la primera mitad tras una acción bien trenzada por banda, culminada con un remate preciso que silenció Anduva. Gol de Jacobo en el minuto 1. El tanto reforzó la propuesta cordobesista, que durante varios minutos controló el ritmo y obligó al Mirandés a replegarse.

Sin embargo, el conjunto rojillo reaccionó con orgullo. A base de insistencia y centros laterales,  en el minuto 33, Carlos Fernández, logró igualar el marcador con una jugada rápida que sorprendió a la defensa visitante. El 1-1 devolvía la incertidumbre a un encuentro que ya se había convertido en un intercambio de golpes.

Tras el paso por vestuarios, el Córdoba dio un paso adelante. Ajustó líneas, ganó presencia en el centro del campo y comenzó a encontrar espacios entre la defensa local. El Mirandés, por su parte, trató de mantener la intensidad, pero se vio superado en varios tramos por la claridad de ideas del conjunto andaluz.

El premio llegó en una acción que combinó presión alta, recuperación rápida y un remate contundente por parte de Sergi Guardiola dentro del área en el minuto 90 le permitió firmar el 1-2. El gol, celebrado con rabia por los jugadores cordobesistas, reflejó la determinación con la que el equipo afrontó la segunda mitad.

El Mirandés apretó en los últimos minutos, empujado por su afición, pero el Córdoba supo sufrir. La defensa respondió con firmeza, el equipo gestionó los tiempos con inteligencia y el marcador no volvió a moverse.

El pitido final certificó un triunfo que vale mucho más que tres puntos: supone un impulso anímico, una demostración de carácter y una confirmación de que el Córdoba CF puede competir y ganar en escenarios complicados.