José María Giménez asumió responsabilidad tras el abultado 4‑0 ante el PSG en el estreno del Mundial de Clubes y lanzó una llamada de atención clara al vestuario. En palabras recogidas por los medios, reconoció que “no jugamos bien” y apuntó a la necesidad de corregir “desde lo mental y lo táctico” para encarar el próximo choque frente a Seattle Sounders. La contundencia del resultado ha cuestionado la competitividad del equipo.
El central uruguayo defendió la entrega del grupo, pero admitió un exceso de permisividad frente al poderío físico francés. Giménez señaló que el partido resultó “excesivo”, aunque “no sorpresivo” visto el rival, y remarcó que deben “aprender” de los errores defensivos y de presión. Aseguró que tanto mental como físicamente están preparados para revertir la situación .
El zaguero pidió compromiso absoluto en los siguientes encuentros para evitar la eliminación temprana. Tanto el partido ante Seattle como el que llegue frente a Botafogo serán determinantes para seguir con opciones de avanzar. Giménez confía en que esta derrota sirva de punto de inflexión y fortalezca la unidad del grupo.
En el vestuario existe conciencia de la exigencia del torneo, y el mensaje del capitán busca reforzar el espíritu colchonero, fiel a la filosofía de Diego Simeone. El contexto del Mundial, con calor extremo y calendario apretado, añade dificultad, pero Giménez recordó que la historia reciente demuestra capacidad de recuperación ante adversidades .
La autocrítica del defensor sirve para reforzar el discurso interno. El líder de la defensa ha interiorizado el mensaje y el club espera una respuesta colectiva el próximo martes, donde la presión será máxima para salvaguardar opciones clasificatorias tras un inicio gris.
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