El Rayo Vallecano sale victorioso de Montilivi después de golear por 1-3 con los goles de Isi, De Frutos y Álvaro García
El Girona se estrelló contra sus propios errores en una tarde negra de Paulo Gazzaniga. El meta argentino fue protagonista absoluto al provocar un penalti que transformó Isi y, poco después, cometer otro fallo que De Frutos no desaprovechó. Para colmo, vio la roja en el minuto 43, dejando a su equipo con uno menos antes del descanso.
El Rayo, sólido y práctico, aprovechó cada concesión local para firmar un triunfo de prestigio en Montilivi. De Frutos e Isi pusieron la ventaja y, ya en la segunda parte, sentenciaron con orden y pegada. Joel Roca maquilló el marcador con un tanto en el tramo final, pero el 1-3 resultó inapelable.
Gazzaniga condenó al Girona
El Girona tuvo un inicio de temporada para olvidar en Montilivi. El Rayo Vallecano aprovechó cada error local y se llevó una victoria que resultó demasiado fácil para los madrileños y demasiado dolorosa para la afición gerundense, que despidió a su equipo con silbidos antes del descanso.
El gran protagonista para mal fue Paulo Gazzaniga. El portero argentino cometió dos fallos garrafales en apenas 45 minutos. Primero, no logró controlar un pase de David López, lo que permitió a De Frutos marcar el 0-1. Solo dos minutos más tarde, tras una buena jugada del propio De Frutos, Álvaro aumentó la ventaja rayista. Pero la pesadilla de Gazzaniga no terminó ahí: intentando regatear a De Frutos, perdió el balón dentro del área y fue derribado, provocando un penalti y su expulsión. Isi convirtió desde los once metros para sentenciar el 0-3.
Dominio del Rayo Vallecano
En la segunda parte, el Girona buscó reaccionar, pero sus esfuerzos fueron insuficientes. Joel Roca logró acortar distancias con un tanto que dejó el marcador final en 1-3, reflejando el dominio del Rayo y la fragilidad local.
El encuentro también sirvió para los debuts de Hugo Rincón, Vítor Reis y Lemar en el Girona. El francés cedido por el Atlético mostró calidad y empuje, pero su actuación quedó en anécdota ante la contundencia del Rayo.
La afición se marchó del estadio con un sabor amargo y con muchas tareas pendientes para un Girona que deberá aprender de estos errores si quiere competir con garantías esta temporada.
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