El central andaluz tuvo un estreno ligero lejos de lo esperado, incorrecto en varias decisiones además de falto de contundencia, concepto que no dudó en señalar Mestalla con silbidos hacia el que ha sido el tercer fichaje del Valencia CF. Aún con ello, Carlos Corberán salió a defender a su jugador dejando claro que confía a ciegas en el de Écija.
El Valencia se estrenó con un empate en LaLiga que, pese a ser meritorio frente al rival contra el que se enfrentó el conjunto valencianista, la Real Sociedad, el aficionado valencianista no dudó en ser crítico con su jugador, centrando la mayoría de miradas en un Copete que jugó noventa minutos de su primer partido en Mestalla donde, lejos de ser de pie, fue el primer señalado mediante el silbido de la parroquia valencianista.
Una actuación cuestionable
Al andaluz se le vio lejos de tono en diversos lances del juego, ya sea en esos duelos en los que fue fácilmente superado por los avispados atacantes del conjunto guipuzcoano o al momento de salir con balón jugado, donde la indecisión y las dudas eclipsaron al jugador valencianista.
A ello se sumó su poco acierto en campo rival, donde el ecijano tuvo en sus botas que el Valencia pudiese adelantarse nuevamente en el electrónico, enviando más allá del travesaño una ocasión que no fue más que el incentivo para el aficionado valencianista a fin de cargar contra su nuevo defensor.
Lejos de ser crítico con su nuevo zaguero, Corberán echó un capote en favor de su jugador, dando a entender que su situación, lejos de ser heterogénea, fue una padecida por gran parte de los jugadores valencianistas que, de la misma forma que los de la Real Sociedad, fueron partícipes de un clima verdaderamente adverso, que llevó a ralentizar un ritmo del juego que afectó en gran medida a varios de los presentes sobre el terreno de juego, entre ellos, el propio zaguero andaluz.
César Tárrega al rescate
En Mestalla pudo verse que la versión de César Tárrega de la pretérita campaña fue simplemente el inicio de aquello que puede llegar a verse con el todavía joven zaguero valenciano. El recientemente renovado volvió a liderar nuevamente la zaga valencianista, sin dos de sus viejos conocidos (Yarek y Mosquera) y corrigiendo a un Copete cuyos desbarajustes defensivos llevaron al zaguero valenciano a excederse más de la cuenta.
La más que correcta actuación de Tárrega fue una verdadera bocanada de aire fresco ya no solo para el técnico valenciano, sino también para Copete, cuyo debut quedó francamente maquillado por la actuación del jugador de Aldaya, que vuelve a mostrar nuevamente en qué clase de centrales ha convertido a sus 23 años de edad y que apunta a ser ese instructor y corrector que parece demandar a gritos un Copete.
Corberán pide paciencia
En su comparecencia en sala de prensa, Copete fue uno de los dardos envenenados lanzados hacia el técnico valencianista, que dejó más que claro que el jugador fue una de las apuestas del club y que no se iba a prescindir de él, y mucho menos tras una primera jornada, donde la aclimatación está la orden del día.
Carlos Corberán lo tiene claro: el inicio liguero no es momento de matar a nadie y mucho menos, a aquel que acaba de aterrizar en el conjunto valencianista. El jugador andaluz, además de ser un objetivo del club, acabó siendo uno suyo, teniendo este que bailar con la más fea como bien es cubrir un territorio como la zaga, donde tantas miradas durante los últimos años se han posado en el Valencia CF dada la facilidad con la que al conjunto de Mestalla le consiguen hacer gol, no habiendo dejado buenas sensaciones aunque con la certeza y confianza de un Corberán que parece tener más que claro que Copete, pese a las dudas, es inamovible.
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