Los rojiblancos acusaron sus problemas de cara a puerta ante un Cádiz excesivamente pasivo en Los Cármenes
Granada y Cádiz han concluido el derbi andaluz de esta semana con empate sin goles, el tercero consecutivo para el conjunto nazarí. Los rojiblancos dispusieron de varias ocasiones para ver puerta, especialmente a través del balón parado, pero la falta de puntería propició la ausencia de novedades en el electrónico. Pacheta apostó por el mismo bloque de jugadores que viene utilizando últimamente y que le permitió darle la vuelta a la situación tras el pésimo arranque liguero. Se volvió a ver un equipo seguro en defensa y controlador del encuentro con balón, pero la dependencia de la inspiración de las bandas y las acciones a balón parado resulta insuficiente para contactar el esférico con las mallas de la portería rival. No obstante, el combinado del Zaidín ha sumado diez puntos en los últimos seis duelos, aunque necesita una victoria más para abandonar los puestos de descenso.
Comenzó el partido con el caos como protagonista principal. Ambos equipos dispusieron de ocasiones durante los primeros minutos para adelantarse en el marcador. La primera oportunidad fue para Dawda con un extraño remate con la barriga que se marchó fuera. Más tarde fue De la Rosa quien a punto estuvo de rematar en centro al segundo palo. Por parte de los rojiblancos, el Granada salió a morder desde el inicio. Casadesús, a los cinco minutos de encuentro, anotó un tanto que fue invalidad por una clara posición de fuera de juego. También Jorge Pascual dispuso de un remate de cabeza al límite que no pudo dirigir a puerta. Fue la primera de las numerosas ocasiones que desperdició el delantero nazarí, negado en el aspecto goleador durante sus primeros meses en Granada.
Con el paso de los minutos, ambos equipos bajaron el ritmo y tiraron de mayor paciencia con el balón bajo su control. El partido entró en una fase de mayor orden con poco peligro más allá de algún disparo lejano o centros que no encontraron rematador. El conjunto rojiblanco, seguro en salida de balón, encontró al hombre libre con continuidad, lo que le permitió desarrollar la mayor parte de su juego en campo rival. A pesar de pisar zona de tres cuartos con cierta sencillez, los nazaríes se mostraban incapaces de lograr situaciones ventajosas dentro del área ante un Cádiz bien plantado en bloque bajo.
Pasada la media hora, Alemañ encontró la forma de dañar el muro amarillo tras un desajuste en la banda derecha gaditana. El valenciano envió un centro teledirigido para un Álex Sola que perdonó la vida al Cádiz con un remate de primeras que se marchó muy desviado. En el tramo final de la primera parte, fue el Cádiz quien dispuso de las ocasiones más golosas. Ontiveros sacó a relucir su gran disparo con una potente falta que llegó a tocar el larguero de la guarida protegida por Luca Zidane. Al borde del descanso, fue Iker Recio quien estuvo a punto de dar un susto con un cabezazo de espaldas a portería que se marchó ligeramente alto.
Tras el intermedio, el Granada se apoderó de la iniciativa en busca de abrir la lata. A los pocos minutos, Rubén Alcaraz tuvo la más clara del partido. Saque de esquina botado por Sergio Ruiz que remató de cabeza el barcelonés. En una posición libre de marca, mandó el balón fuera de los tres palos. Pasada la hora de juego, Pascual perdonó a Aznar en un mano a mano escorado que el guardameta brasileño envió a córner. Los rojiblancos se establecieron en campo rival sin apenas conceder juego al Cádiz cerca de Luca Zidane. No obstante, más allá de las jugadas a balón parado que provocaron varios «uis» en la grada, el equipo mostró problemas para generar peligro con balón, algo que se sumó a la evidente falta de olfato goleador y puntería.
Individualmente, a pesar de las ocasiones perdonadas, volvieron a brillar sobre el verde Álex Sola y Rubén Alcaraz. Un nuevo día en la oficina. El centro del campo se apoderó del control del juego y la zaga volvió a ofrecer garantías con una nueva portería a cero. En ataque, Faye se mostró muy activo y atrevido, pero demasiado errático en la toma de decisiones conforme más cerca del área se ubicaba. Jorge Pascual, por su parte, volvió a carecer de protagonismo. Su primer gol con el Granada se está convirtiendo en su gran talón de Aquiles tras 11 jornadas.
En el minuto 66, Pacheta agitó el árbol para dar entrada a Rodelas por Sola. Aunque el extremo de Alhendín se situó de primeras en la banda derecha, no tardó en intercambiar posiciones con Faye, más aclimatado este último a jugar a pie natural. El cambio estuvo seguido de varios minutos de mayor desorden que abrieron espacios. Suso no se quedó lejos de encontrar portería con un remate de cabeza. Sergio Ruiz, por su parte, volvió a sacar jugo al balón parado para encontrar a Oscar en un nuevo córner. Su remate salió lo suficientemente centrado para que lo atrapara Aznar.
De cara a los últimos minutos, Pacheta introdujo en la segunda tanda de cambios a Gagnidze y Pablo Sáenz por Alemañ y Jorge Pascual, por lo que Faye acabó el partido como ‘nueve’ tras pasar por las tres posiciones de ataque. Más tarde, el técnico del Granada amagó con un último cambio que involucraba a Alcaraz y Trigueros, aunque, aunque incluso el speaker lo anunció por megafonía, no se terminó produciendo por orden de Pacheta. En los instantes finales, los rojiblancos prosiguieron en la búsqueda de un gol que, tras perdonar una y otra vez, no terminó llegando. El Granada sigue puntuando, que no es poco, pero los problemas de cara a puerta suponen ahora mismo el principal obstáculo para escalar posiciones en la tabla.

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