El jugador canario se encuentra en su mejor pico de forma desde que recalase en La Cerámica el pasado mercado estival. Con 3 goles y 2 asistencias habiéndose establecido como inamovible en el volante izquierdo de Marcelino, el canterano pio-pio ya empieza a hacer de Alejandro Baena.
Moleiro ha vuelto a disfrutar del futbol y eso el Villarreal lo agradece y no poco. La incertidumbre de inicio de temporada, donde se llegó a cuestionar su puesto en el once en favor de Salomon inclusive de jugadores de posiciones más céntricas, ha quedado disuelta a base de números y grandes puestas en escena. Su gran nivel mostrado en Las Palmas en cuestión liga ya ha podido verse, siendo la Champions, la que ya espera una gran actuación tras 3 jornadas de picos de sierra tanto en lo individual con el isleño como en lo colectivo para el Villarreal.
Espantando el fantasma de Baena
Que el jugador de Roquetas de Mar era una de las sensaciones del Villarreal es incuestionable y que podía llegar el día de su salida también, acabando por ocurrir el pretérito verano, donde el almeriense salió y el canario entró. La tarea no iba a ser fácil y de dicha manera acabó por demostrarse, apareciendo esa incertidumbre y las primeras viudas del andaluz a causa de un Moleiro que no daba con la tecla.
El canario solo necesitaba tiempo y así lo ha demostrado. Marcando ante rivales de renombre como Athletic, Betis o Rayo Vallecano, donde dejó una exhibición a su vez de último pase y recorrido que dieron a entender el porqué del Villarreal en fijarse en él a fin de suplir al hegemónico 16.
Es aún pronto para dar por zanjado el dilema de si Moleiro ha sustituido con creces al que ya es una de las figuras más importantes del Atlético de Madrid, pese a ello, el primer paso ha sido dado, habiéndose empezado ya a aclimatar al juego siempre vibrante de Marcelino y por encima de todo, rompiendo el hielo con las cifras.
Números, queremos números
Su pasado en el Estadio Gran Canaria dejó claro la tipología de centrocampista y el porqué de ser el suplente de garantías de Baena. Como amarillo, se estableció como un jugador de mucho recorrido, capacitado de transitar con balón al mismo tiempo de poder finalizar jugada, ya sea mediante el encuentro de un último hombre o la finalización.
En su mejor temporada como amarillo -la pasada- firmó 6 goles y 1 asistencia, números que se encuentra cerca de superar pese a su poco recorrido con el conjunto amarillo. Moleiro ha acostumbrado a ser un jugador que, estando en pleno estado de forma, es capaz de concatenar cifras, siendo claramente muestra de ello lo que actualmente está viéndose, habiendo marcado esos 3 goles que lleva en su cuenta en los últimos 5 partidos ligueros que ha disputado -donde ha dejado a su vez una asistencia muestra de esos jugadores que dominan dicha faceta.
Con su cuenta particular simplemente abierta, no queda más que esperar a que dicha siga creciendo, teniéndolo todo a su favor. Ya que tras haberse asentado en el once, solo es cuestión de esperar que vuelva a tener la pelota un conjunto de Marcelino que ha demostrado ser en este inicio que no le quema -y mucho menos al canario.
El Villarreal se gusta
En La Cerámica no es Moleiro quien únicamente deja esa clase de detalles que muestran la soltura y el estado en el que se encuentra, es el Villarreal en su totalidad, el cual se encuentra viviendo uno de los momentos más dulces desde que lo dirige el técnico asturiano. ¿El concepto clave? Haber conseguido encontrar la estabilidad.
La clasificación a Champions es clave para entender el porqué de que el Villarreal se encuentre tan bien actualmente. La continuidad de la columna vertebral del equipo y la suma de importantes activos de garantías hacen que el Villarreal haya mejorado defensivamente (equipo menos goleado de la competición con 10), como local (donde no ha perdido todavía) y esté peleando de tú a tú contra Barcelona y Real Madrid —hecho imposible cuando regresó Marcelino—.
Todo ello sumándose a un estilo de juego que engatusa y vibra en lo que ha pasado a ser una temporada donde se debían apretar los machos a una de disfrute, donde, aún teniendo cosas por pulir —resultados en Champions League que Marcelino ya ha dictaminado como secundario—, el Villarreal se ha dado el gusto de gustarse y fluir.

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