El Valencia recibe al Real Betis en lo que es uno de los partidos más importantes de la presente temporada para el conjunto de Mestalla. Perder simbolizaría hundirse más si cabe en la clasificación, donde y de forma totalmente opuesta, su rival de hoy dispone de un importante colchón, viviendo uno de sus momentos más dulces en cuanto a resultados y nivel de jugadores. Corberán, más que dispuesto a cambiar el sistema.
Valencia y Betis son dos clubes que forman parte de la historia reciente del futbol español, cada uno a su manera. Mientras el Valencia ha buscado empequeñecer y echar por tierra el más que impoluto recorrido de años anteriores, el conjunto verdiblanco ha pasado de ser denominado como «equipo ascensor» a uno de los establecidos en competiciones europeas y reconocido por su más que correcto proyecto de club sostenible.
Un Valencia que debería inspirarse en el Betis
Que el sistema de maniobra del conjunto valencianista desquicia y es cuanto menos ruinoso no pilla a nadie por sorpresa. Ni Europa, ni jugadores de renombre, ni «planning» de temporada, el Valencia de Peter Lim no es más que una entidad que busca sobrevivir en Primera División sin ánimo alguno de resarcirse ni reivindicarse.
Todo ello se contrapone totalmente al conjunto verdiblanco. Entidad que también ha poseído sus años de no tener claro qué rumbo coger, habiendo deambulado por divisiones de menor privilegio. Actualmente todo ello se ha dejado atrás, habiéndose desenvuelto un club más que cotidiano en Europa y con un modelo financiero con el que el Valencia debería fijarse.
Directiva y plantilla navegando hacia la misma dirección no es más que aquello que da a entender el éxito del conjunto verdiblanco. Una inversión que se ha desenvuelto en resultados y crecimiento de una plantilla que no deja de evolucionar y a cada temporada que se sucede, parece buscar un nuevo reto al que acechar.
Duelo de gladiadores
Pese a la diferencia más que notable en cuanto a clasificaciones finales ligueras y objetivos pautados, los duelos entre ambos se han instaurado durante las últimas campañas como duelos especialmente dulces en cuanto a resolución de objetivos. Desde la campaña 21-22 (y diferentes campañas anteriores), los Valencia-Betis siempre han poseído un aliciente durante su disputa. Ya sea una final, una salvación, posibles clasificaciones a Europa o puntos de inflexión.
En la memoria de ambos clubes reside la final de La Cartuja, donde el conjunto bético pudo llevarse un título 15 años después, en detrimento de un Valencia que acabaría muriendo en la orilla. La siguiente temporada a dicha, ambos se verían las caras en el último encuentro de la temporada, donde el Valencia consiguió mediante un empate sellar su salvación después de una temporada agridulce.
Los últimos duelos también han sido una verdadera batería de emociones. Desde dejar sin Europa al Betis al Valencia, hasta revivir el conjunto de Mestalla tras otro inicio catastrófico de temporada… En general, dicho duelo no ha hecho más que desenvolverse como uno donde el rumbo de uno de los clubes puede cambiar drásticamente.
Al Valencia… solo le vale ganar
El inicio de temporada nuevamente catastrófico por parte de la entidad valencianista, uno nuevo, hace que cada duelo que pase a disputar el conjunto de Mestalla sea más importante que el anterior, dada una situación clasificatoria que ha ido empeorando al nivel de poder estar último clasificado en el día de hoy.
Dado ello, además de quitar peso, Corberán ha dejado claro que su intención no es otra que cambiar el sistema.Pasar de ese 4-2-3-1 de diferentes variantes hacia un 5-3-2 que pueda dar mayor amplitud y temple a un Valencia caracterizado por hundirse con su idea en vez de cambiarla.
No vencer al conjunto de Manuel Pellegrini simbolizaría el séptimo encuentro sin conocer la victoria y lo que es más, el peor inicio de un Valencia cuyo entrenador, lejos de verse afectado, ha buscado despejar críticas a su vez con un «ya lo hicimos una vez, lo volveremos a hacer» (refiriéndose a escapar del descenso).
¿Cómo quedarán ambos clubes?

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