Antony Matheous dos Santos tuvo la corona en el decisivo momento dónde el Real Betis Balompié lució sus goles en el Estadio Sánchez Pizjuán.
El talentoso brasileño, un puñal por la banda, fue la AUSENCIA CUMBRE en este derbi. Su castigo, esa expulsión fatídica ante el Girona, se convirtió en una losa de cemento sobre su corazón.
Durante la semana, los servicios jurídicos de la entidad de Heliópolis trabajaron a contrarreloj, agotando todas las vías de recursos posibles para anular la sanción. Sin embargo, ni el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) ni la justicia ordinaria dieron la razón al club, manteniendo en firme el castigo. Pese a la prohibición de jugar, Antony demostró un compromiso inquebrantable con el equipo. Cumplió con su promesa de arropar a sus compañeros. Se desplazó con la plantilla en el autobús oficial, sintiendo la atmósfera del derbi junto a ellos, y presenció el intenso duelo desde uno de los palcos del estadio. Una muestra de profesionalismo y apoyo desde la distancia.
En terreno de juego y con el partido iniciado, Antony llama la atención de los seguidores del Sevilla F.C, encontrados cerca de la zona privada dónde se encontraba el jugador. El brasileño cantaba los goles de su equipo, acto que hizo despertar el rechazo de la afición nervionense, con respuesta a lanzamientos de objetos, cortes de mangas e insultos hirientes dónde la policía nacional tuvo la obligación de intervenir en el momento. Fueron las redes sociales quienes nos dio la oportunidad de mostrar este intenso acontecimiento:
Este acto de violencia no solo pone en riesgo la integridad física de un profesional, sino que dinamita el espíritu deportivo y la esencia de un derbi que debe ser sinónimo de rivalidad, no de vandalismo. Si bien la pasión es inherente a esta clase de encuentros y la agresión física son inadmisibles.
El club debe ahora activar los protocolos de seguridad pertinentes, e iniciar las investigaciones que permitan identificar y sancionar a los responsables de un suceso que, al final del día, es la peor imagen que puede proyectar la afición de un equipo histórico. El foco no puede estar en la victoria o la derrota, sino en garantizar que el estadio sea un lugar seguro.

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