El Valencia CF arranca la pretemporada el próximo sábado, habiendo realizado únicamente dos incorporaciones (Raba y Aguirrezabala). A su vez, cerca de una decena de jugadores abandonaron la primera plantilla —entre cedidos y ventas— siendo únicamente Mamardashvili el único suplido, con la cesión del portero euskera. A ello se le suma que el Valencia se encuentra a 1 mes de su debut liguero, estando actualmente con dudas, lejos de cerrar incorporaciones.
La ventana de fichajes le gana nuevamente la partida al Valencia CF. Tras unos primeros días de dejar salir antes que entrar (ventas de Mamardashvili, Yarek o Mosquera, además del retorno a sus respectivos clubes por parte de esos futbolistas que jugaron como cedidos la pretérita temporada en Mestalla), el Valencia encara semanas estivales claves, donde su dirección técnica tiene el primordial objetivo de montar un equipo que a falta de poco menos de una semana para iniciar la pretemporada, se encuentra desmontado.
Lim se desmarca del mercado
El magnate singapurense lo ha vuelto a hacer: ha dejado al Valencia a la intemperie en otro mercado estival. El máximo accionista del conjunto de Mestalla, lejos de dar luz verde a diferentes refuerzos que han llamado a la puerta del club durante las últimas semanas, se ha decantado nuevamente por no dar un margen de maniobra al conjunto de Mestalla en cuanto a la adquisición de futbolistas.
Tras una temporada en la que el Valencia rozó el cataclismo y el averno de la Segunda División, se esperaba una renovación en Mestalla. La llegada de Carlos Corberán y el posterior aterrizaje de Ron Gourlay podían dar a entender un cambio de aires para un Valencia CF que vive a base de subsistencia durante las últimas temporadas. Aún con dicho movimiento interno en la entidad, nada en el accionista asiático ha cambiado, teniendo entre ceja y ceja otra temporada de subsistencia.
¿Por qué el Valencia no ficha en propiedad?
El magnate asiático lo tiene más que claro: gastar en fichajes no es el deber del Valencia. Esto da a indicar que el singapurense se encuentra del todo sumergido en la reducción de la importante deuda que asedia al conjunto de Mestalla. Más de 300 millones es lo que tiene pendiente el Valencia de cara a hacer desaparecer esa deuda y conseguir una entidad saneada, plan que parece estar llevando a cabo durante las últimas campañas el máximo accionista del club, aunque de forma muy pausada además de alejar al Valencia del crecimiento como entidad.
Bien se sabe que al acceder a competición europea, los ingresos recibidos por colocarte en la parte de mérito de la competición son generalmente elevados. Un club que de forma consecutiva tienda a finalizar la liga como séptimo clasificado puede generar 50 millones de euros, concepto que llevaría a dilapidar una deuda de tal calibre de una manera accesible.
Lejos de ello, Lim ha evitado en todo momento incluir la palabra «proyecto» en su vocabulario desde que se convirtió en máximo accionista del Valencia, y ha sumergido al conjunto valencianista en la imposibilidad de acceder a las plazas europeas, lo que a su vez reduce la capacidad del club para pagar la deuda en comparación con un escenario en el que hubiese clasificado con frecuencia a competición europea, permitiéndole así continuar al mando.
Esto supone que el singapurense pueda seguir embolsando parte de los activos que genera el Valencia —tanto en clasificación como en fichajes— además de destinar un porcentaje hacia una deuda que bien podría haber pagado el conjunto de Mestalla de una forma más rápida en caso de haber buscado el máximo accionista desde un principio, ese ansia de proyecto por delante de la codicia.
El Valencia a «pescar los restos» para alcanzar Europa
Una concatenación de vocablos ha dejado verdaderamente extrañada a parte de la afición valencianista en las últimas semanas. Desde que llegó al cargo de CEO, Ron Gourlay no ha dejado indiferente a nadie, siendo sus palabras lo que más ha calado entre la afición valencianista. En una de sus comparecencias, el que ya forma parte de la élite valencianista dejó claro que su objetivo no es otro que «regresar al conjunto valencianista a Europa», concepto que no encaja con lo velado por Peter Lim durante las últimas temporadas, donde el Valencia ha estado más que lejos de las competencias europeas.
Y, lejos de buscar cumplir las palabras del gerente escocés —de construir un equipo a la altura de lo exigido por Europa—, el Valencia volverá a hacerse un hueco en el mercado de los cedidos, a los que tanta mano ha echado durante las últimas temporadas y de los que no se olvida, a pesar de que el concepto «Europa» sobrevuele el conglomerado valencianista.
Un cedido es sinónimo de no encajar en un equipo, el cual buscará deshacerse de ese jugador que no tiene hueco. Concepto que ha calado totalmente en la integridad de la dirección valencianista, que ha construido equipos «efímeros» durante las últimas temporadas, pareciendo más que evidente que, vistas las primeras semanas de mercado, esta no será diferente, por muchos cantos de sirena que suenen.
¿Cómo acabará el mercado del Valencia?
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