21 octubre, 2025

EL DIARIO DEPORTES

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Cama o resurgimiento

Corberán, en el centro de todas las miradas.

El Valencia se enfrenta a su primer de cuatro «match-ball» de la temporada, concretamente ante el Alavés, donde una derrota llevaría al conjunto valencianista a sumar únicamente 1 punto en sus últimos 4 encuentros. La figura de Corberán y sus jugadores, con la lupa más que puesta tras las actuaciones en Cataluña y en Mestalla ante el Oviedo.

En Mestalla parece que volverá a vivirse una de esas temporadas candentes. Los resultados no están acompañando a la entidad valencianista, que procede a vivir un final de octubre e inicio de noviembre cuanto menos intenso. Alavés, Villarreal, Real Madrid o Betis son los 4 desafíos de un Valencia que podría quemarse en caso de salir herido de dichas citas y con un Corberán que podría acabar por jugarse el cargo.

Alavés, primera estación

Mendizorrotza no es un campo asequible ni mucho menos para ningún equipo de la competición, y menos para un Valencia que lleva más de un lustro sin puntuar en Vitoria. El conjunto babazorro se le atraganta a los valencianistas, ya sea en Mestalla o en Vitoria, donde sus opciones de disputar competición europea acabaron por disiparse la pretérita temporada. Señaladas actuaciones arbitrales y un Valencia con poco colmillo privaron una reaparición valencianista en Europa la presente campaña.

En lo que suma 10 jornadas disputadas del calendario, el conjunto valencianista visita a un Alavés ya acomodado a aquello demandado por su técnico, Coudet. Los euskaldunes han tenido un inicio de temporada cómodo, alejándose de la zona de peligro y creciendo en su feudo, donde únicamente han conocido la derrota en dos ocasiones, por la mínima, y mostrando un correcto hacer frente a sus rivales.

Aún con la memoria más que nítida y los resultados a mano, una hipotética derrota en el feudo alavesista no condenaría por el momento a Carlos Corberán, al que el Valencia parece haber dado margen, siendo con un amplio porcentaje sus jugadores quienes deberán decidir sobre el tapete si el valenciano sigue al cargo o, por el contrario, queda fulminantemente destituido.

Jugadores protegidos, con poder

Al Valencia, como entidad, se le ha zafado su vestuario de las manos. Dicho vestuario se ha erguido como mandamás del club, donde toda decisión parece tomarse en función de cómo se encuentran los jugadores o de lo que busquen ejecutar sobre el campo. El Valencia se ha convertido en una trituradora de entrenadores durante las últimas temporadas, haciendo esa “cama” de la que fue protagonista Rubén Baraja y de la que, por el momento, parece librarse Carlos Corberán.

La poca ambición y desconexión de la directiva valencianista ha llevado al jugador a no tener sofoco alguno durante gran parte de la temporada. Esto se ha reflejado en la baja intensidad con la que ha competido el equipo durante las últimas campañas, donde no verse asediado por el descenso ni apremiado por objetivos altos ha llevado a que la pasividad se instale en los pasillos de Mestalla, y que bien parece haber vuelto a ocurrir en los primeros coletazos de esta temporada.

Una vez el mensaje no cala en el vestuario, todo vuela por los aires. Parece no ser más que la definición de aquello que se ha instalado en el Valencia como una normalidad: un equipo donde el jugador, una vez se distancia de la idea del técnico, abre una brecha que solo se cierra con el cese de este último, que por el momento mantiene el timón entre una tempestad sin fecha ni hora de cesar.

Corberán, nombre propio

Con la plantilla quedando fuera del radar de los señalados, quien recoge todo el testimonio y el futuro que tambalean no es otro que Corberán, que por el momento navega en aguas calmadas antes de meterse del todo en el torbellino. La figura del técnico ha quedado degradada, muy a pesar de quedar impune una vez se sale del vestuario y del epicentro de los jugadores.

Aun con ello, el Valencia no ve motivo alguno por el momento en cortar la cabeza de su entrenador, por el que se apostó monetariamente y que dio una vida extra al club cuando más lo necesitaba. Caso que puede cambiar, dependiendo en toda regla de los jugadores, principales arquitectos del porvenir valencianista en la batería de partidos que le vienen.

Lejos de sofocarse, y por parte suya, el técnico valenciano no discute su plan en medio del maremoto, apuntando a ser fiel a su estilo en las jornadas venideras, aún habiéndole fallado, sabiendo que esta más que advertido de que un paso en falso puede convertirlo en uno más de la larga lista de entrenadores fallidos que, de la mano de Meriton, parece no tener fin.