El CEO escocés mueve las aguas mientras el Valencia va a la deriva en lo deportivo. Esta semana ha surgido el nombre de Hans Gillhaus -quien ya ha trabajado con el británico- para hacer partir a Miguel Ángel Corona fuera de la estructura del conjunto valencianista. Gourlay quedó perplejo cuando le comentaron el poco trabajo realizado por el Valencia fuera de fronteras en cuanto a scouting y mejora de su cantera.
Que el Valencia es un desastre lo sabe todo el panorama deportivo. Últimos años para el olvido, futuro incierto, deudas y una desconexión propiedad-directiva-equipo que lo llevan a ser uno de los hazme reír del panorama nacional. En los últimos meses, parece haber surgido una figura que busca lavar mínimamente esa imagen, no otro que Ron Gourlay. Desde que fue nombrado como CEO y uno de los poseedores de los mandos de los quehaceres valencianistas, el ex directivo del Chelsea o Manchester United trabaja para reforzar un Valencia que busca hacerlo a su imagen y semejanza.
Ron quiere ojeadores
En el fútbol, como en la amplia mayoría de deportes de equipo, el talento hay veces que debes buscarlo lejos de casa, con horas de trabajo y visión de eventos deportivos. En el Valencia de Lim, esa es una faceta desconocida. Ni en Asia, ni en América, ni en Europa… en ningún sitio tiene el conjunto de Mestalla montada una red de supervisión de jugadores ajenos a aquellos que se forman en Paterna.
Y es simplemente un hecho, con Lim no se compra talento de fuera, simplemente se crea para después quedártelo por un tiempo o venderlo al mejor postor por un precio irrisorio. Así se vio con Yarek y Mosquera el pretérito verano (inclusive con Mamardashvili) y con nombres de menor empuje, que han abandonado el Valencia, sin dicho siquiera interesarse en la búsqueda de talento de fuera de las 4 paredes que forman su ciudad deportiva.
Es por ello que Ron Gourlay busca dar el paso. Además de haberse extrañado -dado que es costumbre en los clubes ya no de renombre, la amplia mayoría de clubes- que el Valencia no trabajase dicho ámbito, ya busca reunir piezas con las que tiene un pasado conjunto, a fin de que el Valencia pueda nutrir unas categorías inferiores que no hacen más que seguir la realidad del primer equipo bajo el manto del dueño asiático: encontrándose abandonadas por no decir en estado crítico.
Se busca cantera nutrida y heterogénea
Los restrictivos parámetros de la actual dictadura que gobierna en el Valencia ha llevado al conjunto valencianista a tener que depender en su gran mayoría de los proyectos que va sacando de su misma cantera, a la que Ron busca potenciar ya no solo con lo tenido por Miguel Ángel Angulo y demás escalones del organigrama, también provenientes de ese scoutingque deberán realizar aquellos futuribles contratados por el directivo valencianista.
No es más que una certeza que la gestión de liquidación por parte de Peter Lim acarrea consecuencias negativas en una cantera que ha tenido que activar el modo supervivencia, de la misma forma que el primer equipo y ciertamente por culpa de dicho.
Mientras otros filiales de la magnitud o parecida del conjunto valencianista tienen ese oxígeno para circular a su gusto por las categorías del fútbol español -incluso llegando a la Segunda División, casos de Real Sociedad o Villarreal– la valencianista se ha visto descuartizada a causa de la ida a cuchillo por parte del primer equipo y el no repuesto siguiente de jugadores que permitiesen a dicho filial no quedarse estancado en un cuarto escalón del fútbol español del cual penden dado un inicio de temporada donde se han colado en la última posición.
Ello ha inquietado a un Ron Gourlay que estaría buscando las formas de sanar el problema que hoy tiene el Valencia en su filial. Con esa red de scouting que busca entablar el escocés, quiere que los escalones anteriormente al primer equipo estén dotados de nombres que lleven a la posibilidad de que dichas categorías inferiores valencianistas no padezcan más de la cuenta si su primer equipo decide pescar en ellas.
Dispuestos a morir con Corberán
El movimiento para fichar al actual técnico del Valencia sorprendió a propios y extraños. El conjunto de Mestalla desembolsó una cifra cercana a dos millones y medio de euros por su entrenador, una operación que causó sorpresa dada la habitual negativa de la cúpula valencianista a realizar desembolsos de este tipo.
Poco después aterrizó en Mestalla la figura del escocés Ron Gourlay, quien ya conocía al técnico de su etapa anterior en el West Bromwich Albion. Desde su llegada, Gourlay ha dejado claro que si Corberán se hunde, el Valencia se hundirá con él. El CEO confía plenamente en el entrenador, sabe que es un hombre que trata y estudia el fútbol, asegurando en varias ocasiones que, pase lo que pase, seguirá al frente del equipo.
Además, y como ya ocurriera a estas alturas de la pasada temporada, con un Valencia hundido en la zona de descenso, al técnico se le han prometido varios refuerzos para el mercado invernal. Sin embargo, por ahora, a Corberán no le queda otra que engrasar un equipo debilitado, que parece dudar de su figura, frente a un Valencia —y sobre todo un Ron Gourlay— que lo tienen claro: a futuro, es Carlos o ninguno.

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