3 mayo, 2024

EL DIARIO DEPORTES

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El Sevilla no da la talla y cae derrotado de la forma más cruel

Partido importantísimo entre el Sevilla FC y el PSV Eindhoven, donde los andaluces se jugaban si o si seguir en la Liga de Campeones, todo lo que no fuera ganar les condenaría a caer, una vez más, antes de los octavos de final de la UEFA Champions League. El Sánchez Pizjuan se vestía de gala para volver a escuchar el himno más famoso del mundo y mostrarle a su equipo que, aunque las cosas no marchen bien, nunca estará solo.

Primeros minutos de tanteo donde los dos equipos empezaron a probarse y donde el físico se imponía en un partido donde el Sevilla, desde bien pronto, buscaba embotellar en su campo al conjunto neerlandés. Se respiraba muchísima intensidad en esa comunión tan necesaria entre equipo y afición, puro sentimiento rojiblanco.

Alcanzábamos el primer cuarto de hora y estábamos viendo un partido en el que ambos equipos se trataban con mucho respeto y donde, si hubiera que destacar algo, sería la gran intensidad con la que los locales comenzaron el choque que, aunque estaba teniendo imprecisiones, era bastante entretenido de ver. Empezaba a caer la lluvia y, aunque el ritmo del encuentro no bajaba, las ocasiones no caían para ninguno de los dos equipos, más allá de algún remate con más fe que posibilidades.

Tuvimos que esperar hasta el minuto 25 para que Sergio Ramos se estrenara con la camiseta del Sevilla tras rematar un centro lateral, con un cabezazo totalmente imposible para el guardameta del PSV. Justo cuatro minutos después del gol volvimos a ver una expulsión en el club hispalense, donde el colegiado decidió expulsar a Juan Díaz, tercer entrenador del equipo sevillista por protestar que no se parase el juego cuando Lukebakio se encontraba tirado en el suelo.

El partido estaba teniendo un claro protagonismo sevillista, los de Diego Alonso gozaban de más ocasiones y, con el apoyo de su grada, y una gran combinación de pases, los rojiblancos tuvieron un gol anulado a Sow por mano y un larguero de En-Nesyri.

Llegados al ecuador del partido, el árbitro de la contienda decidió añadir 5 minutos de descuento, aunque ninguno de los dos equipos consiguió generar más peligro y el encuentro se marchó al descanso con el resultado de 1 a 0 a favor del Sevilla y con cánticos de Directiva dimisión por parte de la afición.

Volvían los protagonistas del túnel de vestuarios para dar indicio a la segunda mitad. Salieron como balas los jugadores sevillistas, ya que justo un minuto después de la reanudación, los locales robaron un balón en campo contrario que En-Nesyri aprovecho para poner en ventaja a su equipo nuevamente y para meter al Sevilla en la pelea por pasar a octavos, desatando la locura de la afición.

Cumplido el minuto 58 llegaba el primer cambio en las filas del Sevilla, donde Jesús Navas cedia su sitio al joven Juanlu. La segunda tarjeta amarilla de los hispalenses no llegaría hasta el minuto 63, donde el colegiado amonestó a Ocampos por protestar un saque de puerta, exigiendo corner. Justo dos minutos después llegaría una nueva polémica, ya que Ocampos sería expulsado por segunda amarilla al pasarse de frenada y atropellar al jugador del PSV.

Seguiria la mala suerte para los locales, pues dos minutos despues de la expulsión, en el minuto 67, Saibari engancharia un bellísimo remate que se colaría por la escuadra de Dmitrovic y meteria a los neerlandeses en el partido. Desde el banquillo se buscaban soluciones y entrarían en el minuto 72 Nianzou, Jordan y Rafa Mir, sustituyendo a En-Nesyri, Sow y Lukebakio, cambiando el dibujo a un 5-3-1.

La idea de encerrarse en su propia área y defender achicando agua no le salió bien a Diego Alonso pues, en el minuto 82, el PSV consiguió el gol del empate, dejando muy molesta a la afición. Gastaría el último cambio el conjunto local en el minuto 83, donde Oliver Torres entraría por Fernando.

Finalizados los 90 minutos reglamentarios, el colegiado decidió prolongar el choque 6 minutos más. Se estaba viendo venir y sucedió. Contra del PSV muy bien orquestada y gol visitante que hacía el 2 a 3 para los de Peter Bosz y enfadaba sobremanera al Sánchez Pizjuan. No pudo hacer más un Sevilla que vio como, un partido que tenía totalmente controlado, se le marchaba en su mismísima cara, eliminados de la Champions a saber hasta cuándo.