Tras vivir la peor racha de Manuel Pellegrini como entrenador del Real Betis Balompié, el equipo ha vuelto a mostrar una versión cercana a la vista a principios de esta temporada. Dicha mala dinámica fue cortada de raíz ante el Celta de Vigo en el Benito Villamarín (2-1), certificando la mejoría en Mestalla tras vencer al Valencia (1-2). Ahora el equipo encara el derbi con mejores sensaciones, con atisbos de que el equipo ha vuelto a enchufarse mentalmente y con ciertos jugadores recuperando su mejor forma física para lo que resta de campaña.
El Betis supo sobreponerse a las adversidades en Mestalla
La actitud del equipo ante el Valencia fue intachable. Independientemente de cualquier error individual, todos y cada uno de los jugadores que pisaron el terreno de juego, bregaron hasta el pitido final para amarrar los tres puntos. Aunque la tarea no fue fácil, sobre todo teniendo en cuenta un par de decisiones arbitrales que, por fortuna, no terminaron marcando el partido.
En primer lugar, el colegiado anuló el que hubiera supuesto el 0-2 a Cédric Bakambu ya que este interpretó que el delantero congoleño arrebató al balón de las manos a Mamardashvili. Sin embargo, la repetición mostró que en ningún momento el guardameta tenía totalmente el balón entre sus manos. Una decisión tan cuestionable, como difícil de tomar.
Justo unos minutos después, Mateo Busquets Ferrer señaló penalti de Miranda sobre Hugo Duro tras un centro lateral en el que el defensor saltó con los brazos en alto, impactando en el rostro del delantero, cuyos aspavientos fueron dignos de estudio. Es cierto que el contacto existe, pero el lance no deja de ser una pugna por un balón aéreo en el que atacante y defensor pelean. Un «penaltito», por catalogarlo de alguna manera, que supuso el empate y que Pellegrini tachó de «indefendible e injusticable».
Ningún jugador apercibido vio la quinta amarilla
Una de las noticias más positivas de la tarde, independientemente del resultado final, fue que ningún jugador de los que estaban apercibidos vio su quinta amarilla, por lo que Pellegrini contará con la gran mayoría de sus efectivos de cara al derbi.
El caso más importante es el de Isco, que fue sustituido en la segunda mitad del partido por esta misma razón, además de por una serie de molestias que él mismo admitió sentir en la rueda de prensa postpartido. Aseguró además, que antes del partido, pactó con el entrenador el cambio, pues no se sentía preparado para disputar 90 minutos de máxima exigencia.
Fekir e Isco, ¿juntos para el derbi o seguirán separados?
Aunque a todo aficionado al fútbol le gustaría ver a ambos jugadores juntos el máximo tiempo de posible, lo cierto es que, de momento, Pellegrini está utilizando al genio dándole un papel más revulsivo. Dicho sea, una fórmula que no está dando malos resultados, pues los dos juegan en la misma demarcación, siendo Fekir el que cae a banda cuando se encuentra con el malagueño.
El derbi puede suponer un punto de inflexión
Fuera parte de la emoción que supone un derbi, para ambos clubes puede suponer un punto de inflexión importante para afrontar la recta final de la temporada. Para el Sevilla puede suponer un alivio definitivo en su misión de alejarse de los puestos de descenso, de los que ya está a una distancia considerable, pero para el Betis, una victoria supondría un paso de gigante hacia la Conference League, o incluso la Europa League.
El extra de motivación que implica ganar un derbi, puede ser el plus que necesitan los verdiblancos para volver a mostrar su mejor versión. El Betis no puede volver a fallar, necesita sumar muchos puntos de los 18 que quedan y volver a demostrar, que dirigidos por Manuel Pellegrini, el equipo es capaz de clasificar a competiciones europeas por cuarto año consecutivo. ¿Se conseguirá el objetivo?
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