Los béticos, que dominaron gran parte del partido, se marchan con un punto que les sabe a poco y les perjudica de cara a la lucha por la clasificación a puestos europeos
Un derbi nunca va a ser un mal partido , y nunca va a dejar indiferente a nadie. Menos aún si nos referimos al derbi sevillano, uno de los más candentes del fútbol español. Tal es la intensidad y la pasión con la que se vive que más de 55000 personas no se lo han querido perder y verlo desde dentro del Benito Villamarín, y presenciar un partido que se ha saldado con un 1-1 y que ha tenido absolutamente de todo.
Primera parte
La primera parte comenzó con un Sevilla más atrevido, aguantando el balón, mientras que los de Pellegrini los esperaban replegados en bloque medio, para presionar de manera conjunta una vez los nervionenses lleguen a dicha zona, que si bien es cierto que durante los primeros compases del encuentro la presión bética era un tanto desorganizada y por ello le superaban las líneas con facilidad, con el paso de los minutos los verdiblancos han sido capaces de encontrarle las costuras a un Sevilla que estaba dejando mucho espacio entre el carrilero y el central, y por ahí es que comenzaron a sufrir y dejar de tener presencia en campo rival, más allá de un gol anulado a Lukébakio en una llegada aislada de los sevillistas tras una carambola de rechaces.
Sin embargo, en el minuto 38, el partido coge un rumbo totalmente diferente, tras el gol de Isco Alarcón de penalti -pena máxima que ha causado mucha polémica entre los aficionados-. Desde ese momento, el cuadro heliopolitano comenzó a sentirse más cómodo aún con balón, sometiendo al Sevilla hasta el punto de encerrarlo en su propio área a base de una circulación de balón rápida y fluida que hizo que el Real Betis marchase 1-0 al descanso.
Un Sevilla diferente en la segunda mitad
No ha sido hasta el comienzo de la segunda parte que el Sevilla ha mostrado una cara diferente. Ante la bajada de intensidad de los verdiblancos, los pupilos de Quique Sánchez Flores han sido capaces de mantenerse en el partido e incluso estar mejor plantados que un Betis que ante una defensa tan junta como la del Sevilla, era incapaz de llegar al último tercio con claridad, a pesar de alguna que otra llegada ocasional en la que ha tenido que intervenir Nyland de gran manera. Tal ha sido la mejora de los visitantes que en el minuto 55 se igualaron las fuerzas con un testarazo de Kike Salas en un córner botado por Marcos Acuña.
Es obvio que los partidos picantes nunca quedan exentos de polémica, y el derbi no iba a ser menos. No solo ha sido riguroso el penalti de la primera parte, sino que también ha generado controversia el penalti anulado en el minuto 59 por un manotazo a Isco, y desde entonces, el partido ha sido un constante frontón de balones colgados por el Betis que se han topado con una defensa sevillista que lanzaba despejes por doquier, pero cuyo bloque no ha sido capaz de contragolpear con eficiencia.
Los últimos instantes del encuentro fueron bastante candentes. Fueron minutos en los que predominó más la tensión que el juego dentro del terreno. Lo único salvable de los últimos momentos ha sido un cabezazo de Abde tras un centro lateral que acabó impactando en el larguero.
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