Nada por definir y mucho por jugar

Con la liga sentenciada desde la jornada anterior, el partido que enfrenta a catalanes y andaluces parece ser el único encuentro con algo de interés

Final de liga descafeinado. Puede que La Liga concluya oficialmente en la jornada 38, pero desde la anterior ya está todo cerrado. Ningún equipo se juega absolutamente nada. Sabemos quién es el campeón, quiénes entran en Champions, Europa League y Conference, quiénes se mantienen y quiénes descienden. Para muchos aficionados, esta jornada sobra. Sin embargo, parece que hay un partido que puede que tenga algo de interés: el Sevilla FC- FC Barcelona.

Salvando distancias, situaciones parecidas las de ambos clubes

Los locales atraviesan un momento complicado, tanto en lo deportivo como en lo institucional. Tras una temporada para el olvido en términos generales en la que solo la consecución de una inesperada Europa League salvó, esta se presentaba como una oportunidad para hacer borrón y cuenta nueva. Sin embargo, esta campaña siguió el mismo camino que la anterior, con la diferencia de que este curso no se ha conseguido un título europeo que salve la mala imagen, lo que evidencia la dolorosa situación deportiva. Y en los despachos no mejora mucho la cosa. Parecía ser que se avecinaba un cambio en el club tras el nombramiento de Del Nido Carrasco como presidente. Nada más lejos de la realidad. Los aficionados sevillistas se encuentran muy disgustados con la gestión de la entidad y poco queda decir de todo lo que está rodeando a la institución, todo más que conocido, por la partida de Quique Sánchez Flores una vez concluya la temporada o la no marcha de Jesús Navas y su «confrontación» con la directiva, que ha sido carne de la farándula del deporte.

En cuanto al enfrentamiento, los nervionenses llegan en 13ª posición, tras acumular una victoria, un empate y tres derrotas consecutivas, sumando un total de 41 puntos tras vencer en 10 ocasiones, empatar en 11 y salir perdiendo en 16.

El conjunto blaugrana, si bien es cierto que se encuentra en 2ª puesto, las aspiraciones del club dictan que ha sido una temporada paupérrima. Sin títulos este año y con  la historia de Xavi y su adiós, el entorno culé no es el más sano.

Los barceloneses visitarán el Pizjuán con el subcampeonato matemáticamente certificado con 82 unidades tras ganar 4 partidos y perder uno en sus últimos 5, con un balance global de 25 victorias, 7 empates y 5 derrotas.

Un partido que siempre ha tenido sazón en una fecha totalmente intrascendente, a lo que se le suma la mala situación de ambos. No obstante, se espera que la esencia del encuentro haga que el aficionado disfrute  en este enfrentamiento de la jornada 38.