Canario y francés suman 27 goles ligueros entre ambos, siendo dos de los activos más importantes de un Villarreal que tiene la Champions a tiro de piedra. Traídos en el mismo mercado estival por un precio conjunto de 20 millones de euros, han firmado el 44,61% de los goles de un Villarreal que se ha consolidado como el tercer máximo anotador de LaLiga, solo por detrás de FC Barcelona y Real Madrid.
Marcelino ha creado un equipo de autor que parte desde la delantera. El gran nivel mostrado por Ayoze Pérez y Thierno Barry durante buena parte del curso ha sido clave para que el Villarreal tenga muchas papeletas de estar en los bombos de la próxima edición de la UEFA Champions League.
Ayoze: pólvora, liderazgo goleador y billete a Champions
Ayoze Pérez llegó a La Cerámica tras enfriarse su relación con el Real Betis, que decidió dejarlo salir por tan solo 5 millones de euros, una cifra que ahora parece irrisoria viendo su rendimiento. Desde su regreso a la competición doméstica, primero con el Betis y ahora con el Villarreal, el tinerfeño se ha mostrado como un futbolista decisivo, maduro y desequilibrante.
Con el Betis, firmó 15 goles y 4 asistencias en 59 partidos, siendo partícipe del crecimiento europeo del club y consolidándose como uno de los líderes del proyecto de Manuel Pellegrini. Tras completar su mejor temporada como verdiblanco y coronarse campeón de Europa con la Selección Española, Ayoze optó por cambiar el Benito Villamarín por La Cerámica.
Asentado del todo en la punta del 4-4-2 de Marcelino, Ayoze está mostrando esa vertiente goleadora y pulverizadora de números (3 asistencias) que lo llevó a tener un hueco en la selección española y a ser una leyenda presente del Real Betis. Con 16 goles en la competición liguera, se postula como máximo favorito para hacerse con el Zarra, habiendo ayudado con sus goles a que el Villarreal dependa de sí mismo en su camino de regreso a la Champions League.
Barry, llegar y besar el santo
Muchos se llevaron las manos a la cabeza tras escuchar que Thierno Barry, un ariete completamente desconocido para el fútbol español hasta esta temporada, sería el encargado de fabricar los goles para el Villarreal. Sin embargo, cuando las lesiones lo han respetado, el delantero se ha instaurado como uno de los killers más voraces de la competición.
Procedente del Basilea, Barry está firmando una temporada de debut notable en el conjunto groguet, donde ya no se duda del futbolista. Con 11 goles y 3 asistencias —incluido un memorable hat-trick en Butarque—, el joven delantero de 22 años se ha ganado un sitio en un once con complicidad para acceder como el de Marcelino. Las lesiones, sin embargo, han frustrado su continuidad en varios momentos de la temporada, habiendo propiciado la aparición de Nicolás Pépé como acompañante habitual de Ayoze en esa doble punta que tantos puntos ha brindado al Villarreal durante los dos primeros tercios de la campaña.
Aunque es una incógnita si podrá volver a disputar algún partido en lo que resta de temporada, Barry ha superado con nota su primer curso tanto en el Villarreal como en el fútbol español. Delantero de construcción física imponente (1,95 m), ha demostrado estar más que capacitado para realizar eslalons notables, desmarques inteligentes y ser un verdadero estorbo para las defensas rivales.
Pépé asoma la cabeza
Al igual que Barry, Nicolás Pépé fue otro futbolista que llegó cuestionado y de forma sorpresiva al Villarreal. Tras explotar de la mano del Lille en Francia, Pépé recaló en el Arsenal por un precio de 80 millones de euros, donde se quedó lejos de mostrar el nivel que llevó al conjunto de la capital inglesa a pagar dicha cifra por su traspaso.
Tras no cuajar en la Premier League, Pépé firmaría por el Trabzonspor antes de llegar como agente libre al Villarreal, donde se ha convertido en uno de los futbolistas más rentables en cuanto a calidad-precio.
Con 2 goles y 5 asistencias, el jugador ha crecido bajo la dirección de Marcelino, quien le ha dado la titularidad en 13 ocasiones, participando en 25 encuentros ligueros. Ya sea desde la banda derecha o, más recientemente, en la punta del ataque, el costamarfileño ha sabido aprovechar las oportunidades brindadas tanto por el técnico como por las lesiones de compañeros que lo han obligado a adaptarse y cubrir diferentes posiciones.
Su gran rendimiento se suma al de nombres como Baena, Yeremy Pino o un Ilias Akhomach cerca de reaparecer tras una lesión que lo ha tenido apartado gran parte del curso. Junto a Thierno Barry y Ayoze Pérez, el Villarreal forma un ataque que le ha brindado al submarino amarillo, licencia para soñar.
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