14 julio, 2025

EL DIARIO DEPORTES

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Nicolás Otamendi, el sueño imposible para la defensa del Valencia

Nicolás Otamendi puede recalar como libre en cualquier equipo.

El zaguero argentino, que ya sabe lo que es vestir la casaca del conjunto de Mestalla, ha vuelto a sonar de cara a reforzar una zaga que quedará francamente debilitada con la salida de Cristhian Mosquera hacia el RB Leipzig. Con 37 años, Otamendi sigue siendo uno de los «perros viejos» de la competición, llevando 6 goles y 2 asistencias con el Benfica.

El Valencia necesita un defensa y experiencia, cumpliendo ambas Nicolás Otamendi. El que fuese central del Manchester City o Porto suena para reforzar al conjunto valencianista, siendo su sueldo de casi 2 millones de euros lo que podría imposibilitar una operación que simbolizaría el retorno a Mestalla de uno de los mejores zagueros de la historia moderna del Valencia CF.

El Valencia necesita experiencia

La plantilla del conjunto ché es una de las más jóvenes, ya no solo de la competición española, también del fútbol europeo. La pretérita campaña, el conjunto de Mestalla registró una edad media de 24.2 años, concepto que ha podido incrementarse con la llegada de Luis Rioja esta campaña y que crecería notablemente con una supuesta llegada de Nicolás Otamendi.

Otamendi llegó a Valencia hace 10 temporadas, siendo un futbolista ya curtido en el fútbol europeo. Con el conjunto de Mestalla, el central de Talar firmó una temporada ilusionante, lo que llevó al Manchester City a firmarlo por una cifra cercana a los 30 millones de euros.

Actualmente, y después de una longeva carrera, «Otakáiser» no vería mal un último baile en el fútbol europeo antes de lo que parece más que escrito: un retorno al fútbol argentino. El jugador sería la guinda para una zaga compuesta en su mayoría por futbolistas jóvenes, pudiendo ser el sudamericano ese ancla que brindase seguridad a una de las retaguardias más precarias del fútbol español.

Otamendi, de los primeros pelotazos de Lim

El zaguero argentino llegó casi de la mano del magnate asiático a la ciudad de Valencia. En un verano donde, y a diferencia de los actuales, el singapurense decidió rascarse el bolsillo, Otamendi llegó desde Atlético Mineiro para formar un tándem con carácter junto a Skhodran Mustafi.

La garra e impulso del argentino impulsaron al Valencia a ser un equipo más que seguro en la única temporada del Nicolás en el conjunto de Mestalla. Los 32 goles encajados por los valencianistas —tercer equipo menos goleado en la temporada 14-15— impulsaron a los de Mestalla de vuelta a la Champions League, competición que hace más de un lustro que no disputan.

Tras una temporada bárbara para el conjunto de Mestalla, Otamendi no dudaría en dejar el Valencia en favor de un Manchester City que le prometió proyecto y continuidad, conceptos que, con el paso de los años, se vio que el Valencia no pudo aportarle. Con el conjunto dirigido por Guardiola, «Ota» levantaría dos Premier League, una FA Cup, además de una Community Shield, a lo que se sumó la continuidad con la selección argentina —con la que levantaría el Mundial ya como jugador del Benfica.

En términos generales, mientras el Valencia no ha dejado de ir en capa caída y sin rumbo, el jugador argentino ha mantenido una línea continua y ascendente durante su carrera. Pudiendo volver ya en el ocaso de su carrera deportiva un Valencia que echa en falta la seguridad del que fuese su «23».

Muchos suenan, ninguno llega

El Valencia y los mercados estivales son el cuento de nunca acabar. Otamendi se une a una larga lista de futbolistas que suenan para el conjunto ché pero que nunca acaban llegando, siendo el mismo Peter Lim el que se encarga de hacer caer la mayoría de las operaciones.

Durante gran parte de su estancia en el conjunto valencianista, el dueño del club ha dejado a varios futbolistas por el camino, a causa de no querer hacerse cargo de esos sueldos que desestabilizarían su plan de futuro del club: no invertir, no generar pérdidas, perfilando de dicha manera al club de cara a una futura venta.

Su nula inversión ha llevado al Valencia a ser un equipo de mínimos, no permitiendo al valencianista soñar con objetivos mayores que una permanencia y que a éste solo le quede el tachar días en el calendario de cara a una futura venta del club