27 septiembre, 2025

EL DIARIO DEPORTES

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Los goles cotizan al alza en La Cerámica

Sorloth, Jackson y Barry.

El Villarreal CF se ha consolidado en los últimos años como un auténtico referente en la compraventa de delanteros. Con una política deportiva basada en la detección de talento y una gestión económica eficaz, el club ha logrado obtener un elevado rendimiento financiero de sus goleadores, vendiéndolos en el momento justo y por cifras que superan con creces la inversión inicial.

Es sabido desde hace tiempo la capacidad que posee el Villarreal CF para revalorizar jugadores tras haberlos fichado por un precio muy inferior. El club castellonense lleva tres veranos consecutivos vendiendo a su delantero titular a precio de oro.

Hace dos veranos, el Chelsea llamó a la puerta del Submarino Amarillo para hacerse con los servicios de Nicolás Jackson. El delantero senegalés completó una segunda mitad de temporada inmejorable, lo que motivó al conjunto londinense a desembolsar 38 millones de euros en las arcas del Villarreal CF. Cabe destacar que Jackson llegó procedente de una escuela africana, por lo que el coste de su fichaje fue mínimo.

Para reemplazar esta importante baja, el conjunto groguet incorporó a Alexander Sørloth, quien hizo olvidar rápidamente a Jackson al anotar más de 20 goles en LaLiga sin lanzar penaltis, quedándose a tan solo un tanto del Pichichi. Gracias a ese rendimiento, el Atlético de Madrid acabó pagando el pasado verano, entre fijos y variables, alrededor de 40 millones de euros por el delantero noruego.

Para cubrir esa nueva baja, el Villarreal CF apostó por dos incorporaciones. En primer lugar, pagó la cláusula de rescisión de Ayoze Pérez al Betis (4 millones de euros). Además, fichó a una joven promesa del Basilea, el francés Thierno Barry, por 14 millones de euros. Con estas operaciones, el Villarreal buscaba asegurar rendimiento inmediato con Ayoze y una apuesta de futuro con Barry.

A pesar de su juventud, Barry fue progresando a lo largo de la temporada, logrando 11 goles y 4 asistencias. Estos números, sumados a su gran proyección, han provocado que el Everton pague 38 millones de euros para llevárselo a la Premier League.

Casos como estos ya se habían vivido en el Submarino Amarillo, aunque no con tanta continuidad. En su día, Cédric Bakambu fue traspasado al fútbol chino por 40 millones de euros, tras haber costado apenas 7 millones. Lo mismo ocurrió con Luciano Vietto, entre otros muchos ejemplos. Hay infinidad de casos en los que el conjunto castellonense ha logrado un rédito económico elevado gracias a una estrategia deportiva bien ejecutada.

En conclusión, el Villarreal CF ha convertido la venta de delanteros en una de sus grandes especialidades. Con una política de fichajes inteligente y una capacidad asombrosa para sacar lo mejor de sus atacantes, el club ha demostrado que no solo compite en el terreno de juego, sino también en los despachos. Un modelo sostenible, rentable y cada vez más envidiado en el panorama futbolístico europeo.