Los rojiblancos acumulan un punto en cinco jornadas y se ubican en el último puesto de la clasificación
El Granada continúa inmerso en su agujero negro. Los nazaríes, tras un mes de competición y cinco jornadas disputadas, todavía no conocen el sabor de la victoria. Tras caer en Los Cármenes contra el Leganés por 0-2, los rojiblancos tan solo acumulan un punto en su casillero, aquel logrado en Málaga el pasado fin de semana. Una puntuación que les ubica en el fondo del pozo, en la última posición de la clasificación de Segunda división. Los errores individuales volvieron a marcar la diferencia en un partido más competido en casa que los anteriores, aunque falta camino por recorrer para estar a la altura de un equipo profesional. De nuevo, los nazaríes, aunque empiezan a presentarse como un equipo ordenado, volvieron a brillar en ataque por sus problemas para generar ocasiones y su falta de puntería.
Comenzó con mejor pie el partido el Leganés ante un Granada al que le costaba mantener el balón durante los primeros instantes del encuentro. No obstante, fueron los andaluces quienes dispusieron de la primera ocasión clara del partido gracias a un gran envío largo de Manu Lama que colocó a Álex Sola frente a Juan Soriano. El carrilero disparó a puerta, el guardameta tocó ligeramente el balón y Duk salvó bajo palos el gol del Granada, provocando el priemr ‘ui’ de la grada. El equipo mejoró ligeramente tras dicha ocasión de gol, igualando las tornas del partido.
Ambos equipos trataban de mostrarse verticales en cada posesión. El Leganés focalizó sus ofensivas por unas bandas que hicieron sufrir a Sola y Casadesús a través de Duk y Naím García. Los nazaríes, por su parte, buscaban constantemente a Jorge Pascual con balones largos. El propio delantero provocó un breve estallido de Los Cármenes debido a un gol que, a los pocos segundos, fue anulado. Pascual se encontró con un balón dividido cuya disputa tuvo lugar contra Juan Soriano. El portero rival se anticipó y su despeje impactó en el brazo del ariete almeriense, quien persiguió el esférico suelto para anotar un gol que el colegiado Andrés Fuentes invalidó tras superar el balón la línea de cal.
El encuentro, igualado hasta el momento, se caracterizó por una accidentalidad que paró el juego en varias ocasiones. Entre dichas jugadas, tuvieron lugar un balonazo en la cara de Alemañ, una brecha de Lalo Aguilar en la ceja o un golpe en el hombro de Pablo Sáenz. Todo ello propició posteriormente un largo descuento de siete minutos. Tras la pausa de hidratación, los dos equipos se atascaron con balón. Los referentes ofensivos se mostraban incapaces de superar a sus pares, predominando la sensación de escasez de peligro.
Al poco de la media hora de juego, volvieron a entrar en escena las ocasiones. Primero lo intentó Faye con un potente disparo con la zurda que desvió Soriano a una mano. En la siguiente jugada, fue Cissé quien probó a Astralaga con un tiro lejano, sin apuros para el debutante nazarí en la guarida. Poco más tarde, el Leganés volvió a sacar a pasear su artillería. El extremo Duk se marchó de su marca, Álex Sola, quien apretó el acelerador cuando tocaba pisar el freno y, tras comerse su recorte, derribó al futbolista caboverdiano dentro del área. El árbitro señaló el punto de los once metros. El delantero Diego García asumió la responsabilidad y, tras varios segundos eternos frente a Astralaga, engañó al guardameta granadinista para abrir la lata. Durante el resto de la primera mitad, se vio a un Granada sin ideas ante un Leganés mucho más paciente y conservador.
Tras el descanso, el Granada trató de buscar una reacción en la segunda parte. Al poco de reanudar el juego, Casadesús dispuso de un mano a mano cuya finalización volvió a chocar con el muro de Soriano, aunque pareció que el lateral diestro partió desde una posición de fuera de juego. Los rojiblancos llevaron la iniciativa durante toda la segunda parte, pero tuvieron muchos problemas para generar ocasiones de peligro, sin apenas amenazar a los pupilos de Paco López. Por ello, Pacheta, superado tácticamente, movió el árbol en el minuto 59 dando entrada a Arnaiz en el lugar de Pablo Sáenz, ubicándose el talaverano por la derecha. Cinco minutos más tarde, fueron Rodelas y Alcaraz quienes saltaron al verde por Casadesús y Lama, este último lastrado por su temprana tarjeta amarilla. Los rojiblancos pasaron a jugar un 4-3-3 con Sola y Rodelas en los laterales.
El mismo guion de partido prosiguió protagonizando el encuentro, con un Granada poseedor del balón y atascado en cada ataque ante un Leganés ordenado y seguro atrás. Para colmo, en el minuto 68, un nuevo golpe inclinó todavía más la pendiente para el Granada. Sergio Ruiz se durmió en salida de balón y perdió un balón en campo propio que propició el segundo gol de la escuadra madrileña. Cissé, protagonista del robo de esférico, asistió a Roberto López, quien realizó un chut a puerta muy centrado, superando así a un Astralaga que calculó mal la dirección de un disparo fácilmente parable. Los nazaríes, tras recibir el segundo KO, intentaron responder rápido con un centro de Alemañ desde el flanco izquierdo que encontró a Arnaiz en una posición muy favorable y libre de marca, pero el atacante manchego remató mal el balón y se marchó por encima de la portería rival.
De cara a la recta final, Pacheta metió en el campo a Samu Cortés y Gagnidze por Sergio Ruiz y Alemañ, finalizando el partido con un 4-4-2 muy ofensivo en busca de una épica que no tuvo lugar. El Granada siguió atascándose en cada intento de acercamiento a zona de tres cuartos, igual que en el resto de la segunda parte. Los centros, en su mayoría, no encontraron rematador o acabaron en regalos para Soriano. Más allá de un disparo desde la frontal del debutante Gagnidze en el descuento que no se marchó lejos, los rojiblancos no lograron ni siquiera intimidar al Leganés. Fuentes decretó el final del partido con el clásico triple pitido definitivo, materializándose así una nueva derrota de un Granada que deambula sin rumbo por Segunda división.
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