Thierry Correia, «fichaje» otoñal

El lateral diestro luso reapareció tras 11 meses lesionado, datando su último partido con el Valencia, el enfrentamiento ante el Getafe en el Coliseum Alfonso Pérez de la pretérita temporada —donde acabó retirado por su rotura de rodilla—. Correia pudo disputar parte de la segunda mitad, donde su reaparición fue de las pocas noticias valencianistas a causa del rotundo 6-0 azulgrana.

A Corberán le ha llegado un fichaje que «ya tenía». Este no es otro que Thierry Correia, reaparecido tras lesionarse a inicios de la pasada temporada, habiendo tenido que hacerse cargo de la posición un Dimitri Foulquier que ha recuperado competencia en dicho sector del campo, donde el Valencia tampoco firmó a fin de esperar al luso. En los 25 minutos que disputó, el portugués consiguió ganar dos duelos, volviendo a sentirse futbolista, uno que puede aportar claridad ofensiva desde el carril derecho al técnico valenciano.

A ritmo de lesiones

Desde que tomó el vuelo Lisboa-Valencia, las lesiones han sido el acompañante por antonomasia de Thierry en el Valencia, llevando a que el luso se pierda hasta 71 encuentros, quedando otorgada la posición a un Dimitri Foulquier que ha quedado, durante la travesía del luso por el desierto de las lesiones, como único valuarte del carril diestro.

Gemelos, musculatura o ligamentos son algunos de los conceptos que han alejado al todavía joven lateral de la titularidad y continuidad en el conjunto valencianista, siendo el ligamento lo que frenó en seco aquello que parecía un nuevo arranque en el jugador y que ha acabado siendo la lesión más larga de su todavía corta carrera.

Aún aspirando a poder haber estado lesionado de mayor duración, Correia puso una marcha más en su recuperación, apareciendo días pretéritos a su supuesta aparición, marcando ese gol definitivo a las lesiones y llamando a la puerta de una titularidad. Aún siendo Corberán cauto con su jugador, parece estar más cerca de lo esperado.

La eterna espera

Lejos de prescindir de sus servicios, el Valencia ha seguido la parábola del hijo pródigo al detalle, esperando cada cual de las ansiadas recuperaciones de su jugador, que siempre ha creado verdadera expectación una vez vuelto de lesión, dado que el luso puede resumir su etapa en el conjunto valencianista como un bucle de difícil despertar.

Su última lesión, lejos de levantar las alarmas en las oficinas de Mestalla, no fue más que una continuación de aquello que ha ido viéndose en las últimas temporadas con el portugués en estado de KO: quedando el propio Foulquier como único nombre aunque, a excepción de pretéritas ocasiones, el Valencia sí buscó en el mercado una tirita temporal a fin de acompañar al de Guadalupe, no buscando en ningún momento eclipsar aquello que podría ser el retorno de un portugués al que tampoco se le buscaría un recambio en verano pese a que a éste le quedase un recorrido a tener en cuenta a fin de dar por terminada su recuperación.

Su precio y capacidad de resiliencia han llevado al Valencia a crear un vínculo cuanto menos palpable con su jugador, sabiendo más que de sobra las capacidades de dicho futbolista, el cual ya se encuentra sumido en la que es su primera dinámica con el técnico valenciano, que tiene dos bazas totalmente heterogéneas en uno de los perfiles donde el Valencia escaseaba en cuanto a pluralidad.

 Diferentes estilos para elegir

A Carlos Corberán se le abren nuevas perspectivas con la vuelta de Thierry Correia a la regularidad valencianista, un soplo de aire fresco para una de las posiciones menos rotadas en la dinámica del conjunto che.

Con Foulquier y Correia, el técnico valenciano puede elegir entre un enfoque más cauto o más atrevido: el de Guadalupe ha destacado por su capacidad defensiva, mientras que el portugués, cuando está físicamente a tono, ha apostado por un fútbol más directo y de recorrido.

Por el momento, el luso ya está de vuelta en la dinámica del técnico, que, tras ver fracasar su proyecto de cinco centrales en la Ciudad Condal, apunta a volver a la línea de cuatro, donde el lateral diestro será la gran incógnita de las próximas jornadas en un once cada vez más pulido.