De «paseo estratégico» por la Champions

El Villarreal de Marcelino está mostrando dos caras totalmente opuestas en lo que va de temporada: la de LaLiga y la de la Copa de Europa. Mientras que en la competición liguera sigue la estela de FC Barcelona y Real Madrid, encontrándose a 3 puntos de ambos, en Champions sigue sin encontrar la victoria después de 5 partidos, donde ha perdido 4 de los 5 disputados. Pese a ello, en el club no hay nada ardiendo, velándose la regularidad liguera e ingresos por jugar la competición europea por delante de cualquier machada de Champions.

El fútbol es regularidad y, en muchas ocasiones, al jugar varias competiciones tienes que decantarte por una y dejar la otra a la suerte o con una importancia menor. Eso es lo que le está ocurriendo al Villarreal, cuyo plan liguero de afianzarse en la zona alta sigue su curso (tercero, equipo menos goleado y segundo más goleador). Mientras tanto, en Champions, una mezcla de mala suerte, decisiones arbitrales y rivales de renombre está haciendo que la vuelta del Submarino a la Copa de Europa no esté siendo la mejor.

LaLiga como plato principal

Se sabe que el Villarreal no es un club con un recorrido muy longevo en Primera División. Por eso, cada temporada del conjunto castellonense en la élite es un regalo para su propiedad y su estructura, siendo conocida su sobresaliente capacidad para reivertir lo obtenido mediante resultados deportivos en la mejora constante no solo de la plantilla, sino también de aquello que rodea al club (especialmente su estadio).

LaLiga da ingresos y reputación, y el Villarreal quiere ambas cosas. Su enfoque está metido de lleno en lo doméstico, y no es casualidad: alcanzar estos niveles siendo un club que hace no tanto estaba fuera del fútbol profesional español es algo extraordinario. Lo del Villarreal pocas veces se ve. Es EL plan a seguir, donde directiva y equipo es uno. 

El “Modelo Villarreal” es único. Ha sabido, mediante estabilidad y cimientos firmes desde su directiva, crear equipos óptimos para no descolgarse de la élite. No es casualidad que haya clasificado entre los seis primeros en 18 de las 25 temporadas que suma en Primera División. Todo nace de remar en la misma dirección y de un sentimiento de pertenencia que va desde el último jugador del banquillo hasta el directivo de mayor rango. Y es en estos últimos donde recae una parte esencial: son quienes permiten, con su gestión y capital, que el club pueda aspirar a lo que aspira hoy.

Por eso, actualmente, el Villarreal posee una “preferencia” clara por LaLiga. Sabe de la dificultad de la competición europea —aun sin renunciar a ella—, pero tiene claro que compitiendo a alto nivel en la competición doméstica el club asegura una evolución constante, tanto deportiva como institucional.

Lo que te da la Champions… clave

La alegría en Montjuic la pretérita temporada fue palpable. El Villarreal volvía después de 2 temporadas a la máxima competición europea, aquella que tanto ansia y añoran en el club. No solo por poder jugar con el balón de las estrellas, también por esos papelitos de colores que iban a llenar las arcas del conjunto de La Plana.

48,6 millones de euros percibió el Villarreal por el hecho de quedar quinto clasificado y estar presente en la actual edición; casi 50 millones para un club con una capacidad innata para negociar. Pocos no eran, y así lo hicieron saber en el mercado: Veiga, Mikautadze… fueron algunos de los fichajes de un club al que le gusta ir a la Copa de Europa en parte por eso, por seguir atrayendo a esa clase de jugadores que sin la billetera a rebosar, posiblemente sería imposible.

Pese a lo vivido en Champions en la presente temporada, que ha podido dar a entender en varios sectores de los encuentros que el Villarreal ha podido poner una marcha menos que varios clubes europeos —y que se suma además a diferentes lances en los encuentros que han salido cruz para los de Marcelino (arbitraje cuestionado en Dortmund, error de Luiz Junior en la primera jornada o el nefasto planteamiento en Pafos)—,

Pese a todo ello, el Villarreal seguirá ansiando la Copa de Europa. Llegue lejos o no, todo bagaje, ingreso e incremento de importancia del club en dicho tipo de situaciones es incuestionable de puertas hacia dentro de La Cerámica.

Club y afición, diferente opinión

La situación agónica del club en la Copa de Europa ha levantado opiniones de todo tipo; la que más resuena, esas quejas tanto a la entidad (entrenador por encima de todo) por una supuesta baja ambición en dicha competición, concepto que no parece mirar de la misma manera la cúpula del Villarreal.

Además de no dudar en quien consiguió socorrer al Villarreal hace dos temporadas, se piensa al unísono que las cosas se están haciendo bien. El club se encuentra tercero en la competición que verdaderamente dice cómo están las cosas en un equipo, al mismo tiempo que no deja de evolucionar.

Y no deja de ser comprensible. No es más que la quinta aparición del Villarreal en la competición; no es siempre posible realizar aquello hecho en la última aparición del club en Europa pero, y en caso de querer que suban los porcentajes de poder realizarlo, se quiera o no, guste más o menos, en el Villarreal es LaLiga, después todo lo demás.