El conjunto amarillo: en jaque esta temporada, dados los 35 goles encajados en lo que va de temporada. La pretérita campaña, el Villarreal llegó a encajar 60 goles, quedando lejos de clasificar a Europa.
A pesar de su buen posicionamiento liguero, el Villarreal mantiene las carencias que le impidieron entrar a Europa la pasada temporada: el encajar un gran número de goles y no ser capaz de encadenar porterías a 0. Estas incapacidades, dejan en jaque al equipo dirigido por Marcelino que, a pesar de la buena temporada cosechada hasta el momento, no ha dado ese paso adelante que se prometió a inicio de temporada.
Un problema que viene de antes
El Villarreal es un equipo acostumbrado a encajar goles dado el estilo de sus partidos, en los que tiende a buscar la portería rival, dejando descuidadas sus espaldas. Esto, se vería más que reflejado la pretérita campaña. Lejos de ser un equipo estable sobre el campo, como nos tiene acostumbrado el conjunto de La Cerámica, el Villarreal, que llegó a tener hasta 3 entrenadores en su banquillo (Setién, Pacheta y Marcelino), encajaría 60 goles en todo un campeonato liguero, casi 2 goles por partido. Creando esa incertidumbre que ha sido teletransportada a esta temporada, a pesar del buen hacer clasificatorio.
Datos alarmantes que no dejaría de recalcar Marcelino, partido tras partido dejandooslas claro que un equipo incapaz de evitar que le metan tantos goles, también está incapacitado de jugar Europa. Como bien acabaría sucediéndole al Villarreal: que y a pesar de remar a contracorriente a final de temporada con tal de hacerse con la última plaza que accediese a Europa, quedaría lastrado por esa gran suma de goles que le impediría acceder a Europa.
Una reconstrucción que aún deja dudas en el Villarreal
A fin de cesar el quebradero de cabeza que puso en jaque al Villarreal la pasada temporada, dejando al equipo sin optar a Europa, el mercado estival se concentró en la mejora de la zaga, que tantos problemas había creado de forma pretérita.
Sergi Cardona, Willy Kambwala, Logan Costa y Diego Conde, (todos ellos, para llenar las salidas de Alberto Moreno, Jorge Cuenca o Filip Jörgensen) recalarían en Villarreal, con el objetivo de renovar a un Villarreal que, además de firmar el mercado con mayor actividad de su historia, llegando a gastar 55 millones para hacer olvidar una temporada calificada como pésima, según lo expresado por Marcelino en varias comparencias.
Al gasto notable, se le rebatió con un gran ingreso a causa de salidas de futbolistas. 70 millones recolectaría el Villarreal, mediante ventas importantes como el propio portero danés o uno de los goleadores más voraces que ha tenido el club como es Alexander Sorloth.
A pesar de vender parte de su columna vertebral (Jörgensen, Cuenca, Sorloth…), el conjunto amarillo lo haría con el fin de no ser dependiente de un número de futbolistas. Enriqueciéndose con un número cuantitativo de nuevos futbolistas que, pese a llegar con gran cartel, es un hecho que el aficionado al Villarreal no los prefiere por delante de los que el club dejó salir el pasado mercado estival.
Malas sensaciones hasta el momento
A falta de 13 jornadas, el Villarreal, por sorprendente que parezca (dado lo bien clasificado que se encuentra), va camino de realizar peores registros que el pasado año. A los mismos goles encajados en la jornada 25, toca sumarle las 5 porterías a 0 menos de las que tuvo el conjunto amarillo la pasada temporada, encontrando entre los causantes, el estilo de juego que tanto deja descubierta la espalda del conjunto amarillo, como la precariedad en la competición liguera que tienen varios futbolistas de la actual zaga.
La incapacidad de ganar sin encajar goles y la inestabilidad defensiva que tantas pesadillas han causado al entrenador asturiano hacen de este Villarreal: un equipo engañoso.
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