André Almeida lleva varias temporadas donde su protagonismo ha menguado sobre el campo, habiendo crecido dicho fuera de éste. Su insistencia en una renovación a fin de padecer una mejora contractual —percibía hasta la fecha una cifra de 800k— ha acabado por darse, expandiendo el ligamento entre club y futbolista hasta 2029. Corberán, uno de los propulsores a fin de la renovación del jugador, puesto que, aún con la competencia, sigue creyendo en su centrocampista.
Una de las «eternas promesas» del Valencia ya tiene su renovación ansiada, no otro que André Almeida, quien continuará ligado al club al que llegó hace 3 temporadas. El jugador de Guimaraes, que tuvo una más que correcta carta de presentación en su primera temporada como valencianista, busca reencontrarse y volver a ser de empleo para un Valencia que no ha puesto pegas en renovar a aquel por el que pagaron 8 millones de euros.
Continúa la «leyenda» de Almeida
El jugador luso recaló en Valencia junto a una camada de futbolistas y Gennaro Gattuso en la temporada 22-23, procedente del club de su ciudad, con ese cartel de futbolista especial además de jugador de Mendes, como otros muchos que han pasado y seguirán pasando por Mestalla.
En su primera temporada y primeros partidos como jugador valencianista, el lusitano dejó entrever que no le colgaron la etiqueta de jugador «diferente» por casualidad, dejando detalles y un buen trato de balón que lo llevaron a afincarse en la medular valencianista, donde hasta el día de hoy se le ha seguido buscando una posición concreta —habiendo pasado por banda, mediapunta e incluso delantera.
En su primera temporada -su mejor hasta la fecha- dejó 2 goles y 5 asistencias, afianzándose como ese jugador diferencial más que obligatorio en un Valencia de pocos destellos. Su precio de llegada y la heterogeneidad en su fútbol, a pesar de una irregularidad que acabaría sobrevolando al jugador una vez sumando campañas como valencianista, lo han llevado a ser un fijo en la rotación y onces del Valencia, que ha vuelto a decir al portugués «sí quiero», muy a pesar de que la relación entre ambos tampoco tire demasiados cohetes.
A Corberán le gusta y quiere más
El técnico valenciano se ha erguido como un seguidor acérrimo de ese fútbol que desentona positivamente, además de estar más que a favor de poseer ese tipo de jugador capacitado para desatascar y brindar ese gramo de heterogeneidad que ha faltado en el Valencia durante las últimas temporadas, donde el conjunto de Mestalla ha ido a medio gas.
Eso que engatusa a Corberán, lo tiene un André Almeida que llegó a Valencia y no tardó en demostrarlo, posteriormente apagándose y sabiendo de él actualmente de menor medida. Aún con ello, el técnico no duda con el portugués, habiendo sido una de las piezas por antonomasia en cuanto a retener al luso, quien, además de replicar su ansia de mejorar su contrato, ha dejado entrever en diversas ocasiones que se encuentra más que dispuesto a devolver la confianza de su técnico.
El portugués se encuentra cerca de la barrera de los 100 partidos como valencianista, de los que en mayor medida ha salido mal parado, buscando redirigir una situación que ha llegado a ponerse al límite —con un Valencia dispuesto a vender al luso— y que deberá afrontar, siguiendo en Mestalla y debiendo asumir una ampliación de competencia en su parcela del terreno de juego.
¿La competencia curtirá a André?
Como dirían Franky Pérez y los guardianes del bosque, “los tiempos van cambiando”, concepto que ha afectado a André Almeida en cuanto a su competencia dentro de la dinámica del Valencia CF. El futbolista portugués es uno de los hijos de la poca inversión del accionista singapurense, llevándolo a tener poca o nula competencia en su posición. Concepto que ha dado un verdadero giro en la presente temporada, donde varios nombres se han sumado a Almeida en la zona del «10».
Dani Raba, Filip Ugrinic o Diego López son algunos de los nombres integrados en la posición que debería tender a ocupar el portugués en el once del técnico valencianista, una verdadera batería de jugadores que, salvando a un Ugrinic que ha entrado en momentos puntuales, suman más minutos que un Almeida todavía por hacer en la presente temporada.
Pese a los nombres con los que tiene que batirse, tanto el club como Almeida son conscientes de que la última palabra del luso no se ha dicho, siendo fechas próximas y escenarios clave para que el jugador devuelva tanto al club como al técnico parte de la confianza que se le ha ido brindando.
Más historias
Hugo Duro vuelve a espantar defensas a base de gol
Duelo de históricos en Cornellà el Prat
El Valencia se ampara en Santamaria para conseguir los 3 puntos