El Sevilla FC se deja tres puntos vitales en casa. A pesar de empezar ganando, el Celta supo aprovechar la inoperancia de los locales para remontar en apenas ocho minutos y los puestos de descenso vuelven a quedarse muy, muy cerca.
Como era de esperar, para esta importantísima cita Quique Sánchez Flores afrontó el encuentro con el que podemos considerar el once de gala del Sevilla FC. De inicio el equipo salió con Nyland, defensa de cinco con Sergio Ramos, Quique Salas y Gudelj en el centro, acompañados de Jesús Navas y Acuña como carrileros, Soumaré, Ocampos y Óliver Torres en el centro y Youseff En-Nesiry e Isaac Romero en punta.
45 minutos de efectivad y poco dominio
En un principio, el Celta, ya sin Rafa Benítez en el banquillo, tomo la iniciativa del encuentro, manejando la posesión y presionando la salida del Sevilla. De hecho, fue en el minuto dos cuando Iago Aspas dio el primer aviso tras una pérdida de balón de Ocampos en la frontal del área. Sin embargo los locales también salieron con la idea de dificultar la creación de sus rivales, llegando de una manera calcada la primera gran ocasión del Sevilla, aunque Isaac no estuvo rápido a la hora de definir.
Con el paso de los minutos los sevillistas se fueron aclimatando. El Celta bajó el ritmo considerablemente y el Sevilla supo aprovecharlo. En el 18, Ocampos encontró a un En-Nesiry que, ante la pasividad de Unai Núñez, se plantó delante de Guaita para anotar el primer tanto de la tarde.
A partir de ahí el Sevilla dio un paso atrás. Dejó que el peso de la posesión cayera en los visitantes, con la idea de aprovechar los enormes huecos que dejaba la tan adelantada zaga del Celta. Pero la realidad es que Iago Aspas ya comenzaba a carburar y a ser protagonista, encontrando constantemente a Strand Larsen a la espalda de los centrales, aunque este se encontró una y otra vez con Nyland. Finalmente, el Sevilla marchó al descanso mandando en el marcador, pero con la sensación de que quizás el Celta mereció el empate.
La segunda mitad arrancó sin cambios y con la misma premisa, aguantar las acometidas del Celta y aprovechar los espacios en las transiciones. Todo ello ante 36.544 espectadores.
Tal y como finalizó la primera parte, el Celta continuaba generando peligro en cada acercamiento. De cualquier manera, fueron dos chispazos de Isaac Romero los que dejaron las ocasiones más clamorosas al cumplirse la hora de partido.
Fue en ese instante cuando Quique Sánchez Flores movió el banquillo, produciéndose una escena alarmante. En-Nesiry y Ocampos, tras haber sido sustituidos por Lukebakio y Suso, protagonizaron un feo encontronazo a la vista de todos los presentes después de una acalorada discusión en el banquillo. Aunque la mirada pronto se volvió a centrar en el césped, ya que Lukebakio gozó de una oportunidad clave para poner el segundo, aunque también se encontró con Guaita, que en ese momento estaba salvando a los suyos. Previamente Jesús Navas fue amonestado por protestar, lo que significa que causa baja para la próxima jornada.
Una remontada que revive al fantasma del descenso
En el minuto 72 llegaron dos acciones clave. Lukebakio encontró espacio, se plantó en línea de fondo y dejó un balón franco que Isaac, a bocajarro, estrelló en un defensa, perdiendo otra ocasión para aumentar distancias. Y en ese mismo contraataque, con el partido convertido en un correcalles de manual, Carles Pérez encontró la escuadra de Nyland, firmando un golazo antológico para poner las tablas. Automáticamente, Gudelj que llevaba un rato pidiendo el cambio, fue sustituido por Pedrosa, al mismo tiempo que Óliver por Jordán.
El jarro de agua fría fue tal que el Sevilla se vino abajo completamente. Los jugadores estaban faltos de ideas, parecían noqueados. El Celta siguió apretando y tan solo seis minutos después, le dio la vuelta al marcador. En este caso fue Larsen el que vio puerta.
Hubo reacción. El Sevilla seguía insistiendo por el costado de Lukebakio, el jugador más incisivo en la recta final del partido. De hecho provocó penalti justo en la jugada posterior al segundo gol visitante, aunque el VAR, que entraba en escena por primera vez, revisó la jugada para proceder al anulamiento de la jugada.
Ya apunto de entrar en el descuento, Quique Sánchez Flores arriesgó con todo. Dejó atrás la defensa de cinco para darle lugar a Lamela, generándose otra escena parecida a la vista minutos atrás. Y es que esta vez, fue el propio Quique el que le negó la mano a Acuña. Muestras más que suficientes de que algo no está bien en el vestuario.
Al término del encuentro, el Sevilla se deja tres puntos vitales en la carrera por la salvación. El centro del campo del equipo se muestra cada vez más inoperante. Parece que el único recurso son los balones largos y, esta vez, ante la falta de efectividad, es el Celta el que sale beneficiado de la mala situación del club nervionense.
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