Los nervionenses empatan en San Mamés a pesar de no mostrar su mejor versión
Punto de oro en San Mamés. El Sevilla visitaba el País Vasco tras vencer al Real Valladolid la jornada anterior. El Athletic, que venía de ganar 4 de los últimos 5 partidos, tropieza ante un Sevilla que, gracias a la expulsión de Agirrezabala y un poco de suerte, rascó un punto que les coloca, de manera momentánea, en la 13ª posición de la clasificación.
Mejor calidad que cantidad
El Sevilla, como cada partido, comenzó tratando de llevar el partido a su terreno a base tener la iniciativa, de proponer y defenderse con balón. Sin embargo, a pesar de tener la posesión a su favor, no lograba materializar las jugadas. Aún así, los de García Pimienta tuvieron varias oportunidades para mandar la pelota al fondo de las redes, pero parece que los sevillistas tienen la pólvora mojada.
Todo lo contrario con el Athletic, que dispusieron un menor tiempo con el balón, pero aprovechando el talento de sus atacantes, sobretodo del pequeño de los Williams, que volvió loco a Barco. En definitiva, fueron más efectivos. Y tanto fue así que, aunque no tuviesen el cuero en su poder la mayoría del tiempo, gozaron de las mejores ocasiones de gol, hasta el punto de adelantarse en el marcador en el minuto 36 gracias a Jauregizar, que cazó un balón en el corazón del área tras un despeje de una falta lateral para firmar su primer tanto como profesional y hacer que su equipo mande al descanso.
La suerte, del lado del Sevilla esta vez
El gol le sentó muy mal a los andaluces. El Athletic, tras el gol, comenzó a dominar, y los visitantes, a sufrir. Lo mejor que podía pasar era que finalizase la primera parte, y así fue. Una vez comenzó a rodar el balón en los segundos 45 minutos, los hispalenses se lanzaron al ataque y comenzaron a gozar de varias ocasiones que no acababan en gol, pero que asustaban a los rojiblancos. Incluso, el poste impidió el que pudo ser un magnífico gol de Lukébakio.
Pero no todo fueron ocasiones del Sevilla, pues en torno al ecuador de la segunda parte, comenzó una oleada de ataques sin recompensa por parte del Athletic, que pareció despertar tras un inicio de segunda mitad en el que comenzaron con una intensidad mucho menor que la que tenían cuando el árbitro indicó el intermedio.
El momento clave llegaría en el minuto 82, cuando un balón atrás comprometió a Agirrezabala, que se vio obligado a cometer falta a Mateo, debutante sevillista hoy, para que la situación, que de un momento a otro se tornó desesperada, no acabase en gol. La infracción del meta local se resolvió con su expulsión y dejando a su equipo con uno menos en los últimos compases del encuentro.
Lo que conllevaría la expulsión era de esperar: el Sevilla se lanzó al ataque. Un equipo que marchaba por debajo en el marcador y que veía una oportunidad de oro para rascar al menos un punto. Y así fue. Tras tanto intentarlo, Ejuke cogió un balón en la banda, se adentró en el área rival y lanzó un pase con tanta potencia que el defensa rival no pudo despejar con comodidad e impactó en el travesaño, con la mala fortuna de rebotar en Álex Padilla, que se marcó en propia puerta y pondría, a pesar del arreón del Sevilla, el empate definitivo.
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