Los de García Pimienta suman su segunda derrota consecutiva y vuelven a sembrar dudas a la afición
Con la Dana aún afectando directa e indirectamente al país, las jornadas siguen disputándose, y el Sevilla ha jugado su segundo encuentro tras el acontecimiento. En esta ocasión, el duelo en Butarque frente al Leganés se ha saldado con un 1-0, que hace que los visitantes sigan bajando puestos en la clasificación tras consumar su segunda derrota consecutiva y esta vez ante un rival directo según indican los puntos y las posiciones que ocupa cada equipo.
Contagiados por los pepineros
Al Sevilla se le presentaba un escenario idóneo para redimirse del partido anterior frente a la Real Sociedad. En Butarque, ante un equipo que venía en una mala dinámica y acababa de perder contra un Girona en horas bajas, que les endosó cuatro goles. La intención de los hispalenses siempre es la de llevar el mando de la contienda, pero el juego del conjunto madrileño se lo impidió.
El cuadro andaluz se topó con un Leganés, como se preveía, rocoso, defendiendo en bloque medio-bajo, con las líneas muy juntas y dejando pocos huecos, haciendo que la fluidez de los nervionenses disminuya y su juego sea más estéril, y si desde un comienzo se trató jugar a lo que pretende García Pimienta, lo cierto es que los locales supieron llevar muy bien el enfrentamiento a su terreno, y de esta forma el Sevilla acabó cediendo y renunciando a su estilo de juego, haciéndolos sentir incómodos, y por ende, más reconfortados a los de Borja Jiménez.
Es por ello que en la primera parte no ocurrió nada especialmente destacable y de esta forma se marcharon ambos planteles al túnel de vestuarios con un 0-0 al descanso.
Sin aprender de los errores
En la segunda mitad, parecía comenzar a verse un Sevilla mucho más reconocible. Los visitantes tomaron el control del partido, con un Carmona y Pedrosa que sostenían las llegadas esporádicas de los rivales por los costados; un Sambi Lokonga que con cada partido que pasa da la sensación de abarcar más campo y estar mucho más cómodo y con más confianza; y con un Iheanacho al que hoy se vio mucho más activo, bajando a recibir y aportando algo de dinamismo moviéndose entre líneas y haciendo progresiones con conducciones de balón.
No obstante, el premio no llegaba y a los andaluces se les acababa el crédito. Aunque parecía haber dado un paso hacia adelante, les faltaba algo, por eso aún el partido de los sevillistas era muy gris. En lo individual, relucían algunas figuras como las ya mencionadas, pero en lo colectivo seguía faltando algo.
Estaba siendo un partido gris, pero lo peor estaba por llegar. Corría el minuto 80 cuando Agoumé entregó un balón muy defectuoso para Álvaro Ferllo, que quedó corto y propició una ocasión manifiesta para el Leganés, lo que obligó al francés a cortar el ataque dentro del área mediante un agarrón siendo el último jugador. El resultado, obviamente, roja directa y gol del Leganés desde los 11 metros, que sellaría el resultado final y haría, de un partido gris, uno negro.
Como consecuencia, los anfitriones escalan puestos en la tabla, momentáneamente hasta la 14ª, tan solo un punto y un puesto por debajo de sus rivales hoy, el Sevilla, 13º con 15 puntos.
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