A pesar del dominio y del buen juego, el Sevilla no pasa del empate ante el Osasuna
Puntuar de 3 en 3 de manera continuada es la tarea pendiente del Sevilla. Los pupilos de García Pimienta lo intentaron de todas las maneras, pero no fueron capaces de vencer a un Osasuna que se vio superado en todas las facetas del juego, pero que supo sufrir y por ello se llevó un punto como premio. Empate que, por lo visto en el terreno de juego, sabe a muy poco.
Cambio de planes
El Sevilla, en un principio, optó por un juego que no estamos acostumbrados a ver. Los de García Pimienta llevaron a cabo un estilo de juego contrario al que caracteriza al catalán en los primeros compases. Tanto fue así que ni tan siquiera realizaron una posesión larga en los primeros minutos. Los nervionenses basaban más su juego en detener al rival que realizar el suyo propio. Todos los jugadores se mostraban más conservadores con balón, sin complicación alguna. En el momento que algún sevillista veía a alguien vestido de rojo en sus inmediaciones, no se lo pensaba, pelotazo arriba y a lucharla.
Los centrales ni siquiera intentaban enlazar con el mediocampo. Sin pensarlo, lanzaban balones arriba para que un delantero aguerrido como Isaac Romero cazase alguna, sin éxito. No todo puede hacerlo él. Y como era de esperar, si un estilo de juego no está trabajado, o si lo está, lo está de aquella manera, difícilmente tendrá resultado. Y este ha sido el caso. Un Sevilla nulo con balón, intentando un estilo de juego más directo por decirlo de algún modo, sin éxito en sus acciones. Apenas ocasionaron peligro.
Al ver que no solo no estaba dando sus frutos el planteamiento inicial, sino que además se veía cómodo al rival con él, los locales cambiaron su idea. Se comenzó a ver un Sevilla mucho más reconocible, realizando posesiones largas, y poco a poco empujando al Osasuna hacia su propio área, de modo que la primera ocasión del partido llegó en el minuto 24 tras un remate de Sow que se marchó rozando el palo.
Mejor hacer lo que ya se sabe
Desde la ocasión de Sow, el Sevilla dio un paso hacia adelante, a la par que el Osasuna comenzaba a sufrir, viéndose embotellado en su propio área y con dificultades ya no solo para salir a la contra, sino también para despejar el balón de las inmediaciones de Herrera. Los anfitriones estaban cada vez más cómodos y de este modo comenzaron a apretar. Las llegadas cada vez eran más frecuentes, comandadas por un Isaac Romero que estuvo muy activo y se mostró muy participativo e impetuoso. Cada vez que el lebrijano recibía el balón, ocurría algo: o bien sacaba algún córner, hacía progresar la jugada, o incluso propiciaba una situación de peligro para los suyos. En la gran mayoría de las acciones consiguió sacar petróleo.
Conforme pasaba los minutos, el Sevilla realizaba posesiones cada vez más largas hasta el punto de hacerse dueño y señor del partido, buscando huecos moviendo el balón de un lado a otro. En una de esas eternas circulaciones de balón, los hispalenses fueron comiendo terreno a los de Vicente Moreno y Nemanja Gudelj lanzó un disparo que se hubiera colado en la portería de no ser por una buena intervención de Herrera. Así las cosas, los equipos se marcharon al túnel de vestuario con un 0-0 al descanso.
Sufriendo también se puntúa
Ni siquiera tras el descanso despertó el Osasuna, que seguía sufriendo el asedio de un Sevilla que comenzaba a buscarle las cosquillas a los rojillos a través de Lukébakio, que la tuvo al encajarse en el área pequeña tras hacer un quiebro a Juan Cruz, pero Sergio Herrera estuvo atento y frenó la internada del belga. No fue esa la única que intentó el extremo del conjunto andaluz. Tras un gran robo de Gudelj, el serbio le entregó el cuero a Dodi, que mandó un disparo con rosca que se marchó lamiendo la cepa del poste.
En el minuto 67 llegaría el primer gran susto para el cuadro visitante. Tras las numerosas advertencias de su contrincante, finalmente llegó el gol, obra de Suso, pero no subió al marcador por fuera de juego. Tras ello llegó la respuesta inmediata: un cabezazo de Budimir centrado que toca Álvaro pero que no es suficiente para que acabe en el fondo de las redes. El croata puso el 0-1 en el luminoso en la primera llegada de peligro de su equipo. Duro revés para el conjunto andaluz, que no tardó en reponerse y tras un gran balón en largo de Saúl -volvía a disputar minutos tras su larga lesión-, Lukébakio tan solo aprovechó la trayectoria del envío para orientarse el control con el que se zafaría del meta y marcaría a placer, empatando de este modo el partido.
El partido estaba completamente abierto. El Osasuna dejó de defenderse tanto y empezó a atacar, dando lugar a una sucesión de ataques y contraataques de ambos conjuntos que harían del encuentro uno muy atractivo una vez adentrada la recta final de éste. El final fue de infarto para ambos. Un mano a mano por parte de cada equipo que no se materializó y el partido acabó en empate que, por sensaciones e intereses, dejó insatisfecha a todas las partes.
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