Corberán hace efectivos a los suplentes

El técnico valenciano ha conseguido revalorizar a los futbolistas con menos protagonismo, otorgándoles un papel clave en este tramo final de temporada. Jesús Vázquez, Fran Pérez, Rafa Mir o Pepelu son algunos de los nombres que más rendimiento están aportando saliendo desde el banquillo, ofreciendo soluciones reales y manteniendo el nivel competitivo del equipo.

Con Corberán al mando, el Valencia ha experimentado un lavado de cara evidente respecto al pobre inicio de curso. No solo ha devuelto al equipo a posiciones tranquilas tras años coqueteando con el descenso, sino que también ha sabido rescatar del ostracismo a jugadores que parecían descartados. Ha formado un grupo sólido, enchufado, donde todos suman.

Un once de autor

Ser titular en el Valencia CF se ha vuelto un privilegio. Carlos Corberán ha consolidado un once de gala, prácticamente inamovible, fruto del gran rendimiento que ofrece su unidad A. Salvo el intercambio ocasional entre Hugo Duro y Sadiq en la delantera, los cambios son mínimos, lo que habla de una idea clara y un sistema que funciona.

De hecho, para encontrar la última modificación real en la alineación titular, hay que remontarse al pasado mes de febrero, concretamente al encuentro frente al Atlético de Madrid, la última derrota liguera del conjunto ché. Desde entonces, el Valencia ha encadenado una racha sólida de 4 victorias y 3 empates, dejando claro que la fórmula de Corberán está dando sus frutos.

El aficionado ya recita de memoria ese once tipo. Un equipo que no solo compite, sino que ilusiona, y que ha devuelto la sensación de identidad y estabilidad a Mestalla.

Un banquillo protagonista con Corberán

Carlos Corberán ha conseguido revitalizar a los futbolistas más rezagados del Valencia CF, otorgándoles un rol determinante en el gran momento que atraviesa el equipo. Casos como los de Jesús Vázquez o Rafa Mir, duramente señalados en el arranque del curso, son ahora ejemplos claros de cómo el rendimiento puede florecer incluso con minutos limitados, si se cuenta con una idea clara desde el banquillo.

Ambos jugadores —junto a otros habituales suplentes— han sido clave en escenarios de alto nivel, como en el Santiago Bernabéu o Vallecas, donde su irrupción en el tramo final fue determinante para que el Valencia sumase tres puntos ante el Real Madrid y un empate valioso frente al Rayo Vallecano.

Aunque siguen contando con minutos residuales, los futbolistas de segunda línea han logrado convertirse en piezas útiles y resolutivas, algo impensable en el inicio de temporada, cuando los cambios tenían poco impacto en el juego del equipo.

Además de Vázquez, Mir o Fran Pérez, otros nombres como Diakhaby, que ha regresado tras una larga lesión, empiezan a mostrar una versión notable. El central guineano compite de tú a tú con Mosquera, generando una sana competencia que eleva el nivel defensivo de un Valencia que ha sabido reconstruirse a partir del fondo de armario.

El banquillo debe ser diferencial si a Europa quieres entrar

A falta de seis jornadas y pese a la dificultad del reto, el Valencia CF mantiene vivas sus opciones de alcanzar puestos europeos. El gran rendimiento mostrado durante el segundo tramo de la temporada ha impulsado al equipo de Mestalla a una ecuación en la que pocos lo contemplaban al inicio del curso.

La consistencia debe ser el pilar del Valencia en esta recta final. Y en ese camino, el papel del banquillo será clave. Con los titulares acumulando muchos minutos, el fondo de armario del equipo está llamado a marcar diferencias. Los futbolistas de segunda línea, que ya han mostrado su utilidad en partidos como el de Vallecas —donde los cambios dieron un giro positivo al encuentro—, tienen la oportunidad de consolidarse como elementos determinantes.

Si el Valencia quiere asentarse en Europa tras años de inestabilidad, necesita que su banquillo no solo mantenga el nivel, sino que lo eleve. La segunda unidad, hasta hace poco intrascendente, debe convertirse en un factor diferencial si Mestalla quiere volver a vivir noches continentales.