El ya ex zaguero del Atlético de Madrid –club con el que no ha llegado a debutar– ha sido fichado por el Villarreal en el día de hoy. Por un precio de 10 millones de euros y un porcentaje de futura venta, el conjunto amarillo refuerza su defensa al mismo tiempo que su lateral derecho, lugar desde el cual el jugador que militó la pretérita temporada en el Alavés puede partir.
El Villarreal y Santiago Mouriño se dan la mano hasta 2030. El central de Montevideo, tras dos buenas temporadas en Zaragoza y Vitoria, se ha convertido en el 4º fichaje de un Villarreal en construcción con destino a Champions. Con el sudamericano, 33 son los millones invertidos por un Villarreal que, a falta de 15 días para su debut liguero, tiene la mira en el refuerzo del centro del campo, el ataque o el mismo lateral derecho, el cual el propio Mouriño puede cubrir.
Polivalencia, juventud y fuerza para el Villarreal
El jugador capitolino se ha destapado como uno de los zagueros más rocosos y tajantes de la competición española. Formando un tándem de músculo junto a Abqar, fue más que de ayuda para mantener a flote al Deportivo Alavés la pretérita temporada, disputando 27 partidos en los que repartió una asistencia. De forma pretérita a ello, tuvo un fugaz paso por el Real Zaragoza, donde curtió el juego aéreo y la buena salida de balón que lo llevaría a firmar por el Atlético de Madrid, club que, a pesar de no haberlo hecho debutar, ha sacado una importante tajada por el futbolista.
A pesar de partir desde la posición del zaguero —donde aprovecha su más que correcto 1,86—, su movilidad le ha llevado a disputar varios encuentros desde el lateral diestro, concepto que ha motivado al Villarreal a moverse por él y a Marcelino a dar el visto bueno por el sudamericano, dado que el entrenador vela por la capacidad de acople a diferentes posiciones por parte de sus piezas capacitadas a dicho desempeño.
Con 23 años, Mouriño es una importante apuesta para el conjunto amarillo. A pesar de la importante salida de Albiol, el Villarreal se está desmarcando de la firma de jugadores de experiencia, velando por un vestuario rejuvenecido frente a una temporada donde el físico y el desgaste estarán a la orden del día.
Atlético y Villarreal vuelven a darse la mano
El traspaso récord de Alexander Sorloth (40 millones de euros) ha parecido ser el preludio de una amistad inquebrantable en cuanto a mercado de fichajes. Nuevamente y con Santiago Mouriño de por medio, Villarreal y Atlético de Madrid se han dado la mano por un futbolista, no siendo la única vez que ha ocurrido en el presente mercado estival.
Tras semanas de incertidumbre, Álex Baena siguió los pasos de su añorado compañero noruego, al que tantos balones surtió hace ya dos campañas y que volverá a brindar la próxima campaña, vestidos ambos de rojiblanco. La venta del jugador andaluz (42 millones, superando la de Sorloth) no ha sido el último estrechamiento de manos entre ambos conjuntos, siendo Santiago Mouriño, el que los ha vuelto a reunir siendo el uruguayo el que ha podido oficializar el que podamos estar ante un binomio que no solo se verá las caras en cuanto a lo liguero —o en el caso de cruzarse en competición copera—, también en el mercado.
Lo visto con los traspasos tanto de Sorloth como del propio Baena o Mouriño, refleja más que a la perfección aquello en lo que se han convertido ambas entidades en los últimos años: siendo el Atlético de Madrid ese equipo que busca dar el paso adelante definitivo a fin de acercarse a Real Madrid o FC Barcelona, mientras que el Villarreal se ha desenvuelto como un gran estudiante de mercado, capacitado de extraer el mayor beneficio por su proyecto, sabiendo a su vez reforzarse y no perder ese nivel competitivo que ha adquirido con el paso de las temporadas.
¿Qué le falta al Villarreal por reforzar?
Aún teniendo esa capacidad de acople al lateral derecho, Mouriño parece ser fichado con la intención clara de suplir al lesionado Logan Costa, que, tras una temporada de acople al Submarino Amarillo, padeció una importante lesión en pretemporada que lo mantendrá alejado durante el curso de la próxima, siendo el uruguayo su sustituto natural.
Cubierta la circunstancia del zaguero, el Villarreal sigue teniendo vacante la posición del lateral derecho, donde se han dado largas a Andrei Ratiu —puesto que no encaja con el perfil demandado por Marcelino—, el centro del campo —donde se busca rotación para el trinomio Comesaña-Parejo-Gueye— y, primordialmente, un nuevo ariete que acompañe a Ayoze Pérez y Nicolás Pépé, dejando en mero recuerdo a Thierno Barry.
A falta de 15 días para el inicio liguero, varias son las incógnitas que rodean al Villarreal. Lejos de ser poco optimistas en el club, la cúpula del conjunto amarillo desprende templanza y nula preocupación a escasos días de que el pistoletazo de una de las temporadas más exigentes del Villarreal se dé.
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