El jugador costamarfileño ha encontrado en Marcelino a ese padre futbolístico que reconduce su carrera. Tras no triunfar en el Arsenal y un breve paso por Turquía, el actual extremo del Villarreal llega a la última jornada siendo uno de los futbolistas más en forma del Submarino Amarillo.
Decir que Nicolás Pépé ha renacido físicamente es imposible, pero si hablamos de su carrera, estamos en lo cierto. El desequilibrante jugador africano está ante su mejor temporada desde que dejó Francia hace ya un lustro. Ha vuelto a ser determinante en el juego y ha recuperado ese descaro que tanto ha faltado en Vila-Real con las lesiones de Ilia Akhomach o Yéremy Pino.
De cuestionado a indiscutible
La llegada de Nicolás Pépé creó controversia en Villarreal. Tras salir por la puerta de atrás del Emirates, donde el Arsenal desembolsó cerca de 80 millones por él, y no acabar de convencer ni en Francia ni en Turquía, el Villarreal dudaba de su rendimiento.
Llegar libre y venir de Turquía no motivaba a la afición para confiar en el extremo costamarfileño. Esta desconfianza se confirmó en los primeros partidos, donde, con un papel residual, parecía encaminado a repetir la mala versión que mostró en la Premier League.
A pesar de eso, la moneda dio cara para Pépé. Las lesiones de Akhomach y Thierno Barry le abrieron la posibilidad de jugar como extremo —donde anteriormente se había topado con una buena versión de Yéremy Pino— y también como punta, donde asistió a un Ayoze que hoy tiene amplias papeletas para llevarse el Zarra.
El jugador creció y perdió esa vergüenza inicial, situándose en 3 goles y 6 asistencias, además de convertirse en uno de los futbolistas más propositivos del Villarreal, que cuenta con una de las parejas de extremos más peligrosas de la competición: Baena-Pépé.
Pépé, una renovación ganada a pulso
Los números que ha cosechado Pépé esta temporada no han pasado desapercibidos en Vila-Real, y el conjunto amarillo ya ha comenzado a trabajar en la renovación del contrato de un futbolista que cumple con un perfil muy valorado en la mayoría de equipos.
Con 29 años, Nicolás Pépé atraviesa una de las mejores etapas de su carrera, y el Submarino Amarillo deposita toda su confianza en él. El extremo aporta experiencia y liderazgo a un vestuario en el que Marcelino ha dado entrada a numerosos canteranos desde su regreso a mitad de la pasada campaña. Esta combinación de juventud y veteranía encaja a la perfección con la filosofía del Villarreal, donde los jugadores con recorrido acaban asumiendo un rol fundamental —como ya ocurrió con Albiol, Capoué, Parejo o Gerard Moreno.
Su explosión en esta temporada convierte su renovación en una de las prioridades del Villarreal. Su polivalencia en goles y asistencias, junto con su conocimiento de la competición europea, hacen que el club ignore cualquier oferta que llegue de la Premier League, y esté dispuesto a mejorar considerablemente los 3 millones de euros que actualmente cobra el futbolista.
La «quinta» del Villarreal
Con su victoria ante el FC Barcelona, el Villarreal selló su quinta clasificación para la Champions League en las 25 temporadas que ha disputado en Primera División (18 de ellas compitiendo en Europa).
Todo un logro para un club relativamente joven en la élite, que gracias al buen hacer institucional, ha logrado hacerse un habitual en Europa. Apuntando a causa del buen hacer como club, que la presencia del Submarino Amarillo en competiciones continentales se alargará durante muchos años.
Los registros del conjunto castellonense en la máxima competición europea son más que destacables: dos semifinales, unos cuartos de final y una fase de grupos superada hablan de un equipo que rinde por encima de forma solvente en una Champions League que ya espera por quinta vez al Submarino Amarillo.
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