El Ramón Sánchez-Pizjuán fue escenario de un duelo vibrante en el que el Villarreal logró imponerse por 1-2 al Sevilla gracias a su pegada y a un ejercicio de resistencia que rozó la épica.
Primera parte
El partido comenzó con un Villarreal dominador. El equipo de Marcelino encontró en Tani Oluwaseyi y Moleiro sus principales fuentes de peligro. Ambos gozaron de ocasiones muy claras, pero se toparon con un inspirado Vlachodimos que sostuvo a los suyos bajo palos. Sin embargo, tanto fue el cántaro a la fuente que, mediada la primera parte, Tani acertó con un remate a pase de Cardona que puso el 0-1 en el marcador. El golpe parecía dejar tocado al Sevilla, aunque poco a poco los de Nervión fueron ganando metros y confianza. Pese a ello, la lesión de Santi Comesaña restó solidez al Villarreal, que perdió el control del choque en el tramo final de la primera mitad, aunque supo llegar al descanso con ventaja.
Segunda parte
Nada más arrancar la segunda parte, el Sevilla encontró el premio a su crecimiento: Sow conectó un zapatazo desde fuera del área que se coló de forma imparable en la portería de Arnau Tenas. El 1-1 desató al Pizjuán y empujó a los de casa a lanzarse con todo hacia la remontada. El Villarreal, obligado a resistir, se defendió como pudo hasta que Marcelino movió el banquillo. La entrada de Pepé, Mikautadze y Solomon revitalizó al Submarino Amarillo. El partido se rompió todavía más con la lesión de Nianzou, que dejó al Sevilla con diez futbolistas tras agotar los cinco cambios.
Ese detalle fue decisivo: en una jugada brillante, Mikautadze dejó una acción para el recuerdo con un caño sobre Carmona antes de servir un pase atrás a Solomon, que fusiló a Vlachodimos para firmar el 1-2. Antes, Pepé ya había obligado al meta griego a una parada salvadora. El Sevilla, herido y con uno menos, no bajó los brazos. Apretó en los últimos minutos y rozó el empate con un disparo de Mendy, pero Tenas apareció para sellar la victoria visitante. El pitido final confirmó el triunfo de un Villarreal que supo sufrir y golpear en los momentos clave. Por otro lado, el Sevilla se quedó con la sensación amarga de haber merecido más.
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