24 enero, 2025

EL DIARIO DEPORTES

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Crónica del Oviedo 2-0 Granada: la ausencia de riesgo sale cara

Rubén Sánchez protege el balón ante Ilyas Chaira | Foto: Granada CF.

El planteamiento conservador pasó factura a los nazaríes en el Carlos Tartiere tras dos graves errores defensivos

El Granada ha caído derrotado en el Carlos Tartiere por dos goles a cero. En un partido cuyo desarrollo futbolístico pronosticaba un eterno cero a cero ante la ausencia de riesgos y ocasiones, los errores defensivos de los nazaríes dictaron sentencia. Una desatención en el área concluyó con un penalti cometido por Luca Zidane y ejecutado por Colombatto. El propio guardameta rojiblanco también protagonizó una mala salida que finalizó con el 2-0 en el marcador. El equipo andaluz, que priorizó la portería a cero a lo largo del encuentro, pecó en exceso de conservador.

Primera parte

El inicio de partido, tranquilo, tan solo fue el tráiler de la película. Sin riesgos ni grandes errores en la primera parte, se llevó a cabo un partido muy plano. El Oviedo comenzó asumiendo la iniciativa con balón, mientras que los nazaríes buscaron algún que otro ataque directo con desmarques a la espalda de la zaga rival. De esta manera, Tsitaishvili dispuso de la primera oportunidad, aunque llegó algo forzado para sacar una tímida puntera que no supuso problema alguno para Aarón Escandell, viejo conocido en el Zaidín. 

Los rojiblancos pisaron poco campo rival durante los primeros 45 minutos. En salida de balón, se vislumbraban dificultades para superar la presión del Oviedo, mientras que los jugadores de calado ofensivo no se mostraron especialmente inspirados. No obstante, los hombres de Escribá, en términos generales, apenas sufrieron en términos defensivos en la primera parte. Pasada la media hora de juego, Colombatto intentó una chilena y asentó un duro golpe en plena barbilla a Loïc Williams, del que se repuso sin problemas tras dos minutos siendo atendido. Al borde del descanso, Luca Zidane estrenó sus guantes para detener un asequible cabezazo de Dani Calvo. Así, las zagas vencían por goleada a las ofensivas para hacer justicia al electrónico en el intermedio.

Segunda parte

Al poco de reanudar el juego, Colombatto se animó con un zurdazo desde la frontal que supuso el primer aviso del Oviedo. Poco más tarde, en el minuto 52, el propio centrocampista argentino falló uno de los goles más claros de la temporada. Un gravísimo error de Hongla, cuyo pase hacia Luca Zidane se quedó a medio camino, lo cazó el futbolista del Oviedo, que se marchó del guardameta rojiblanco. Con tan solo Pablo Insua protegiendo la red, Colombatto, inconcebiblemente, pecó de generosidad al intentar, sin éxito, una asistencia para su compañero Fede Viñas. El Granada se salvó de perder un set clave, aunque aún restó tiempo para regalar otros dos.

Con el paso del tiempo, el Oviedo dio un paso adelante y se asentó en las cercanías del área granadinista. Escribá, por su parte, no modificó el árbol hasta llegado el minuto 73′. Con el partido en tierra de nadie, los cambios del Oviedo, junto a los errores defensivos de color rojo y blanco, surtieron efecto. Portillo anotó un tanto en el 74′, aunque su diana fue invalidada por posición antirreglamentaria. Cuatro minutos después, una pésima lectura de la zaga nazarí con el balón suelto en el área propició el consecuente penalti de Luca Zidane a Sebas Moyano. Colombatto, antes verdugo, asumió las riendas y engañó al portero del Granada para abrir la lata.

Los nazaríes trataron de reaccionar por la vía rápida, aunque Reinier desaprovechó un caramelo de Sergio Ruiz. Poco más tarde, Paraschiv se lucró de una mala salida de Luca Zidane para doblar la ventaja en el marcador del Carlos Tartiere. Con el partido prácticamente sentenciado, a los rojiblancos le entraron las prisas en los últimos instantes. Loïc Williams se quedó cerca de recortar distancias, pero su venenoso disparo fue bloqueado por la defensa local. Así, el colegiado Palencia Caballero hizo sonar tres veces su silbato para dar por finalizado el duelo en la capital asturiana. El Granada pareció priorizar un empate en uno de los feudos más arduos de la categoría. La apuesta salió muy cara.