Cedidos, futbolistas libres y oportunidades de mercado son los objetivos que buscará el Valencia en un mercado estival donde el conjunto de Mestalla deberá reforzar gran parte del once titular. Desde buscar un sustituto para Mamardashvili a firmar un competidor para Hugo Duro, el Valencia encabeza uno de los mercados más complicados de su historia.
Con la temporada acabada, el mercado estival está a la vuelta de la esquina apareciendo el Valencia como uno de los principales animadores más en cuanto a salidas que en entradas. La necesidad imperiosa de venta por parte de Peter Lim, lleva a que la mayoría de la plantilla valencianista se encuentre actualmente en el mercado, siendo Cristhian Mosquera, el que parte en la «pole position» para abandonar la entidad valencianista. A pesar de ser un mercado donde el Valencia no está obligado a vender, una buena oferta llevaría a cambiar de parecer.
Antes de dejar entrar, toca dejar salir
Una vez acabada la temporada, varios de los futbolistas que han estado cedidos por el Valencia en otras entidades, volverán a Mestalla a fin de decidir un futuro que en muchos —por no decir todos— parece más que claro: buscar un nuevo club de cara a iniciar una nueva aventura.
Cenk Özkacar, Eray Cömert, Germán Valera, Cristián Rivero e incluso Alberto Marí son algunos de los nombres que ha tenido cedido el Valencia en clubes de Primera y Segunda División, mostrando en esas cesiones que el conjunto de Mestalla prescinde al completo de los servicios de los futbolistas. Siendo más que un hecho, la dirección deportiva del club, de forma pretérita a sumergirse en cualquier fichaje, buscará dar salida a dichos jugadores a los que el Valencia ya ha dicho «no«.
Además de los actualmente cedidos, el Valencia cuenta con futbolistas en plantilla a los que Corberán, dado el rendimiento mostrado por estos, parece haber dado la espalda. Sergi Canós, Hugo Guillamón e incluso Pepelu —del cual se hablaría de una posible venta en el caso de llegar una oferta que mejore esos 5 millones que pagó el Valencia al Levante— son algunos de los sacrificados por un Valencia que, además de firmar nombres para la titularidad, deberá reforzar su fondo de armario.
Formar una nueva columna vertebral
Con la salida de Giorgi Mamardashvili y Enzo Barrenechea, el Valencia pierde dos importantes baluartes de su columna vertebral —a la cual ha pertenecido el georgiano a pesar de no haber firmado su mejor campaña como guardameta del conjunto de Mestalla— quedando como integrantes seguros de dicha columna Hugo Duro y César Tárrega, a la espera de ver qué sucederá con Javi Guerra —el cual saldría en caso de llegar una oferta que gustase al entorno valencianista.
La falta de pesos pesados en el vestuario con la salida de ambos futbolistas lleva al Valencia a la necesidad de firmar nombres establecidos en la élite, con esa experiencia que contraste con lo que es un vestuario verdaderamente joven. A ello, se le suma la necesidad de paso al frente por parte de jugadores que ya pertenecen al conjunto valencianista.
Luis Rioja, el mismo Pepelu o André Almeida (dado el buen hacer del primero y los años que llevan segundo y tercero en el club) están llamados, junto a los futbolistas experimentados y a bajo coste que pueda firmar el club, a liderar un Valencia que necesita la mejor versión de sus futbolistas más rodados de cara a una temporada que tiene todas las papeletas para formularse como la ya extinta 24-25.
Fichar, la urgencia del Valencia
Con la descomposición de su plantilla, el Valencia irá al mercado como quien padece un cáncer y visita al médico: con necesidad extrema. La no renovación de las cesiones que han formado parte del conjunto de Mestalla esta temporada (Rafa Mir, Max Aarons, Umar Sadiq o el ya nombrado, Enzo Barrenechea), que se suman a la nula confianza en aquellos que vuelven de sus cesiones en otros clubes, hacen que el Valencia deba ir al mercado con urgencia.
Desde un portero para competir con Stole Dimitrievski, pasando por un lateral derecho, un jugador de banda o un delantero —además de futbolistas que adopten el rol de banquillo— son algunas de las necesidades que tiene un Valencia CF que ya ha podido comprobar esta temporada que se queda corto en cuanto a futbolistas.
Ya sea mediante futbolistas cedidos, libres u oportunidades de mercado que encajen en la diminuta brecha salarial que impone Peter Lim, el Valencia está ante un mercado de verdadera vida o muerte. Donde no alimentar la plantilla con lo que necesita podría condenar al conjunto de Mestalla, tras varias temporadas donde se ha salvado más por demérito del otro que por méritos propios.
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