12 diciembre, 2024

EL DIARIO DEPORTES

PERIODICO DIGITAL DEPORTIVO GRUPO EMPRESARIAL BRAND LEADER COMUNICACION CIF B90418948 DIRECTOR GENERAL JAVIER SERRATO CALLE ANTONIO MACHADO LOCAL 5 -A 41927 MAIRENA DEL ALJARAFE TLFNO 600 844 934

Crónica del Granada 0-0 Cádiz: el derbi andaluz finaliza con reparto de puntos que sabe a poco para los nazaríes

Carlos Fernández y Brau disputan un balón durante el derbi andaluz | Foto: Granada CF.

El conjunto rojiblanco no logró batir un muro amarillo liderado por David Gil

Tropiezo del Granada en casa. Tras lograr dos victorias consecutivas en los anteriores encuentros, los nazaríes han empatado con un Cádiz que, como gato panza arriba, ha logrado salir vivo del asedio en Los Cármenes. Los rojiblancos, exceptuando los últimos 25 minutos de la primera mitad, protagonizaron constantes ofensivas por ambas bandas sin lograr tumbar un muro cadista en el que ha brillado especialmente David Gil. A pesar de la portería a cero, el sistema defensivo derrochó inseguridad durante el duelo al completo. 

Primera parte

Ambos equipos derrocharon mucha intensidad en el comienzo. Los rojiblancos, a través de las dos bandas, comenzaron a dañar el sistema defensivo del Cádiz, que hizo aguas durante los primeros 20 minutos. Tanto Rodelas como Reinier detectaron sangre a las espaldas de sus respectivos laterales. Ricard perdonó una volea cuyo efecto óptico provocó que más de uno celebrara un gol fantasma. Rodelas abarcó gran parte del ataque nazarí. Sus envenenados centros, tocados con música, provocaron varias ocasiones de gol. Especialmente, destacó un envío del alhendinense que desaprovechó Weissman en pleno corazón del área.

En pleno ecuador de la primera mitad, los rojiblancos dieron un paso atrás y la escuadra amarilla empezó a tomar las riendas del encuentro. Los pupilos de Escribá pudieron pagar muy caro dos graves errores en salida de balón ante la falta de tensión de los futbolistas locales. Con el descanso asomando en el horizonte, el partido aumentó su temperatura. Ocampo, el mayor dolor de cabeza para los nazaríes durante estos 45 minutos, buscó la escuadra y obligó a Mariño a sacar la manopla. En el descuento, Ontiveros y Reinier protagonizaron un pique que concluyó, como de costumbre, con amarilla para ambos jugadores. En la siguiente jugada, Rodelas acabó en el suelo en una acción en la que el malagueño jugó con fuego ante el tremendo enfado de la grada.

Segunda parte

El Granada reanudó el juego liderando un apretón en busca de estrenar el electrónico. Los rojiblancos las tuvieron de todos los colores, pero no consiguieron que el esférico contactara con las mallas del fondo sur. De nuevo, los nazaríes lideraron la gran mayoría de sus ataques desde los laterales del campo. Un nuevo de centro de Rodelas al segundo palo lo cabeceó Reinier hacia el cuerpo de David Gil. A posteriori, los locales sufrieron un susto de infarto. Rubio salvó sobre la línea una vaselina de Roger que iba camino de colocar el 0-1. Justo en esa contra, Weissman se durmió en una ocasión más que apetecible que pedía a gritos una asistencia a Siren Diao.

Tras dicha jugada, Los Cármenes coreó el nombre de Uzuni pidiendo su entrada al verde. Escribá pareció acceder a la petición popular y dio entrada al albanés, aunque sustituyó a Siren Diao. Junto al ariete internacional, también entraron al campo Tsitaishvili y Oscar por Reinier y un aparentemente lesionado Insua. Los minutos continuaban consumándose con un Granada en ciernes de abrir la lata, pero sus constantes ofensivas no lograban ver puerta. En el minuto 72, David Gil se hizo enorme ante Uzuni para salvar a los visitantes. Tres minutos más tarde, Tsitaishvili estrelló el esférico contra el poste largo.

El asedio nazarí no lograba tumbar el muro amarillo. En medio de la guerra, Los Cármenes, al igual que en la antesala del partido con Paco López, otorgó aplausos a Carlos Fernández y Fede San Emeterio cuando estos abandonaron el terreno de juego. El Cádiz encaró la recta final de encuentro con defensa de cinco, firmando el empate. Así, el Granada buscó los tres puntos hasta el último instante, pero escucharon los pitidos definitivos del silbato con un punto que sabe a poco.