Los rojiblancos rozaron el ansiado gol en numerosas ocasiones, pero la falta de puntería penalizó a los andaluces
Nunca es fácil decir adiós. Menos todavía cuando el billete con rumbo a los octavos de final lo has rozado con el borde de los dedos en varias ocasiones. El Granada ha caído ante el Getafe en un duelo repleto de intensidad que se alargó hasta la prórroga. Tras una primera parte muy igualada, durante la segunda mitad los nazaríes se mostraron superiores ante los azulones. En el tiempo extra, Józwiak y Reinier desperdiciaron una ocasión extremadamente clamorosa y, en la siguiente jugada, Borja Mayoral anotó el solitario gol del partido. Así se decidió una eliminatoria que, por momentos, pareció tener un final rojo y blanco.
La intensidad se plasmó en cada acción sobre el terreno de juego desde el comienzo de partido. El Getafe asentó su superioridad durante los primeros instantes. Álex Sola desperdició la primera gran ocasión del partido tras una buena acción de Luis Milla por la banda izquierda. Por momentos, los nazaríes mostraron problemas para superar la siempre vehemente presión azulona en las decenas de minutos iniciales, aunque lograron dañar a su rival cuando lograban superarla. Al cuarto de hora, Tsitaishvili intentó un disparo lejano que se marchó desviado.
Con el paso de los minutos, la escuadra andaluza mostró mejor fútbol sobre el verde. Los rojiblancos lograron varias situaciones de peligro cuando la salida de balón resultaba exitosa. Asimismo, los visitantes buscaron constantemente balones largos para lanzar ofensivas, aunque la pareja de centrales nazarí se manifestó inexpugnable en los duelos. El Getafe, por su parte, dominaba las segundas jugadas y aprovechó el agujero que había en la banda derecha de los locales. Primera parte muy igualada que concluyó con resultado gafas al intermedio. Weissman pudo marcar la diferencia en el minuto 27, pero su tanto de cabeza fue anulado por fuera de juego.
Luis Milla, como era de esperar, resultó ser uno de los grandes protagonistas del partido por su pasado granadinista y su polémica marcha que todavía recuerdan los aficionados nazaríes. El centrocampista madrileño recibió insultos desde el calentamiento y fue objeto de una gran pitada en cada acción que tocaba el balón, especialmente cuando se acercaba a la esquina para efectuar los saques de esquina. En la otra cara de la moneda, Domingos Duarte fue aplaudido cuando se mencionó su nombre en el cántico de alineaciones.
El Granada saltó a la segunda mitad con varias marchas más. Nada más comenzar la segunda parte, Weissman volvió a anotar en posición antirreglamentaria tras una buena conducción de Pablo Sáenz. Los nazaríes continuaron generando ocasiones que rozaron el 1-0. La más clara la tuvo Reinier, cuyo remate de cabeza con destino a la escuadra lo detuvo Letácek con la manopla. Los Cármenes rugía con la fuerza de un tigre ante el juego de su equipo. Por parte del Getafe en ataque, tan solo Arambarri (tras una previa pérdida de Tsitaishvili) probó a Mariño desde lejos. El guardameta despejó a saque de esquina sin mayores problemas.
Con el pasar del tiempo, el gol no aterrizaba en el barrio del Zaidín. Para colmo, en el minuto 76, Manu Lama se tiró al suelo ante una más que probable lesión. Tuvo que ser sustituido por Insua. El zaguero madrileño, tras firmar una enorme actuación en su primer encuentro en Los Cármenes, concluyó su partido con final agridulce tras un tremendo desarrollo. Igual de exhibido se mostró Loïc Williams. También destacaron gratamente los encuentros de Hongla y Pablo Sáenz.
En la recta final de tiempo reglamentario, con toda la carne en el asador, el equipo andaluz bajó el ritmo y comenzó a sufrir el desgaste físico. Los visitantes empezaron a darle la vuelta a la tortilla y también rozaron la apertura de la lata en una acción tan extraña como peligrosa para el Granada. Un disparo de Coba, que se marchaba muy desviado, lo logró cabecear Juan Iglesias para estrellar el esférico a fuego lento contra el larguero. No obstante, el marcador no sufrió modificaciones. Los pupilos de Escribá volvieron a lanzar ofensivas en el descuento, pero, finalmente, la eliminatoria se marchó a la prórroga.
El tiempo extra avecinó una tormenta en la que salió cruz constantemente. En primer lugar, el Granada desperdició la ocasión más clara de todo el partido. Pérdida de Djené tras un resbalón, Józwiak roba el balón y encara portería en un dos contra uno. Cuando parece llegar el momento de finalizar, el polaco abusa de recortes y cede el esférico a Reinier. El brasileño falló a portería vacía. Para añadir salsa, en la siguiente jugada, el Getafe anotó el 0-1. Insua y Loïc Williams enjaularon a Yildirim contra la línea de fondo, pero el ariete turco encontró una salida por el lado del central gallego y asistió a Borja Mayoral para sembrar el silencio en Los Cármenes.
Durante el resto de la prórroga, los nazaríes no pudieron tumbar el muro azulón. Los rojiblancos, en líneas generales, se cegaron futbolísticamente. Concretamente, Corbeanu no pegó un palo al agua e impacientó a la grada cada dos por tres. Al final de la primera mitad de la prórroga, a Reinier le cayó un balón llovido en una jugada a balón parado. Su disparo a media vuelta lo detuvo Letácek. En la segunda parte, el Granada apretó con algo más de cabeza.
En la definitiva recta final, los rojiblancos se lanzaron con todo al ataque. Pudieron anotar el empate, pero la falta de puntería continuó penalizando a los nazaríes. En el minuto 114, Insua remató fuera un córner cuando estaba totalmente solo. Justo a continuación, Villar dispuso de una falta al borde del área. Su ejecución no vio puerta por muy poco e hizo sonar los ‘uis’ en la grada una vez más. Finalmente, Sánchez Martínez decretó la conclusión del encuentro. El Granada rozó la clasificación, pero ausencia de efectividad de cara a puerta dictó sentencia.
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