El conjunto de Fran Escribá se lleva el derbi andaluz y vuelve a salvar un match point en Los Cármenes
El Granada vuelve a salvar un match point en Los Cármenes. Los nazaríes suman tres puntos de oro de cara a la eterna pelea por los puestos de play-off. El combinado rojiblanco ha mostrado su cara más competitivo en el barrio del Zaidín. El tanto inicial de Boyé supuso la primera piedra del camino a la victoria. Ambos equipos, en pleno duelo directo, se batieron en un sinfín de ocasiones durante la primera parte, manteniéndose el 1-0 hasta el intermedio. No obstante, los locales comenzaron la segunda mitad desconectados y encajaron el tanto del empate sin haberse cumplido el minuto 46. Los rojiblancos sobrevivieron a estos infernales primeros instantes y jugaron a los golpes. Los tantos de Gonzalo Villar y Miguel Rubio en la recta final de encuentro dieron el brillo definitivo al encuentro.
Antes del inicio del partido, recibió una sonora pitada Fran Escribá. También la escuchó Luis Suárez, gran protagonista del encuentro por su pasado nazarí, siendo objeto de silbidos e insultos a lo largo de todo el encuentro. El combinado almeriense se plantó en Los Cármenes presentando un 4-4-2 de inicio, con Robertone partiendo desde la banda derecha. Los nazaríes también presentaron el mismo dibujo, como era de esperar desde el momento en el que se anunciaron los onces.
El encuentro presentó un inicio relativamente tranquillo, con el Almería tomando la iniciativa sin generar excesivo peligro. Melamed fue quien más se acercó al gol en los primeros instantes, con un disparo que no se marchó demasiado lejos del palo largo. Posteriormente, en el minuto siete, una gran jugada colectiva del Granada concluyó con Abde Rebbach cayendo en el área tras la falta de Marc Pubill. El colegiado Ais Reig otorgó la pena máxima y, como es habitual desde la marcha de Uzuni, Boyé asumió la responsabilidad. El argentino engañó al exgranadinista Maximiano y ejecutó el lanzamiento con éxito (noveno gol del ariete nazarí, el sexto de la segunda vuelta) para alegría de Los Cármenes.
El Granada aprovechó el subidón del gol para mostrarse más activo en el partido especialmente en los duelos. Clave Boyé en este aspecto, dando mucho oxígeno a su equipo. El Almería pasó por una fase de vulnerabilidad y Abde Rebbach, el más listo de la clase, protagonizó un gran robo en el centro del campo, generando una peligrosísima contra que concluyó con Boyé derribado dentro del área, sin premio en esta ocasión. Previamente, Luis Suárez vio la cartulina amarilla por una entrada sobre Loïc Williams, desatando la enésima pitada hacia el nueve colombiano.
Pasada la media hora, el partido se rompió, propiciando una serie de contras por parte de ambos equipos sin ningún disparo como conclusión. Ambos equipos empezaron a pecar de imprecisión, gobernando el descontrol. El Almería, por su parte, encontraba huecos a la espalda del doble pivote nazarí y apretó con seriedad en la recta final. Robertone mandó una peligrosa falta al borde del área por encima de la portería defendida por Mariño. Para poner punto y final a la primera parte, los nazaríes tuvieron el 2-0. Stoichkov, escorado dentro del área, buscó la escuadra más cercana con un potente tiro que obligó a Maximiano a sacar una gran mano.
Ni siquiera se cumplió el primer minuto de juego de la segunda parte para que las esquinas de Los Cármenes estallaran de alegría. El Granada salió a la reanudación del encuentro dormido y Melero, dese la frontal, batió a Mariño, que pudo hacer algo más en la estirada. El Almería se hizo dueño absoluto del partido durante el inicio de la segunda parte, pisando zona de peligro en prácticamente cada jugada, mientras que el Granada estaba fuera del partido, perdiendo numerosos balones no forzados y sufriendo en defensa. Baptistão y Luis Suárez pudieron completar la remontada indálica, pero Mariño, salvador en estas ocasiones, lo evitó, destacando especialmente la parada al cabezazo del colombiano sobre la línea de cal.
A la hora de partido, el Granada lanzó una leve ofensiva, apretando en busca del empate, pero fallando en las tomas de decisiones en cada acercamiento. Trigueros, que llevaba más de cuatro minutos en la banda preparado para entrar al terreno de juego, fue el primer cambio, reforzando el centro del campo y dando sentido a los balones que contactaban con sus botas. El toledano entró en el lugar de Abde Rebbach, volviendo el equipo al 4-3-3, aunque con Tsitaishvili en la banda izquierda y Stoichkov en la derecha, sorprendentemente.
Tras unos minutos de control del Almería, el Granada volvió a animarse al ataque y el atrevimiento de los nazaríes terminó surtiendo efecto. Trigueros, en un rechace, tuvo una clarísima ocasión dentro del área pequeña, pero la zaga almeriense, in extremis, salvó el disparo del toledano. Posteriormente, Boyé envió alto un balón suelto en el área de un córner. Escribá dio aire fresco a la banda izquierda dando entrada a Rodelas en el lugar de Tsitaishvili, hombre por hombre. Justo en la siguiente jugada, Gonzalo Villar fabricó un añorado disparo lejano que se coló por la escuadra, haciendo estallar a Los Cármenes en volumen de apogeo.
Los nazaríes, mientras retenían las ofensivas del Almería, también generaban peligro a partir de las contras. Stoichkov se llegó a plantar solo ante Maximiano (aunque en una posición con muy poco ángulo). El portugués detuvo su vaselina, colocándose la capa de héroe una vez más. Poco más tarde, un saque de esquina centrado por Trigueros conectó con la cabeza de Miguel Rubio, acabando en el fondo de las mallas. El 3-1, más allá de los fantasmas de Alberto Marí, otorgó una sensación de alivio que se transformó en disfrute definitivo. Los cánticos irónicos hacia Luis Suárez se hicieron notar mientras el Granada defendía a las últimas balas de los visitantes.
Los rojiblancos se mostraron sólidos en fase defensiva durante los últimos instantes. Los futbolistas de la zaga nazarí hicieron especial hincapié en los movimientos de Luis Suárez, mostrándose atentos en todo momentos ante el colombiano. De esta manera, el Granada logró tres puntos de oro para evitar descolgarse de la pelea por los play-off. Tres puntos de oro que deberán tener continuidad fuera de casa.
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