Los nazaríes recuperan la sexta plaza igualando en puntos al Almería, que jugará mañana a las 21:00 contra el Racing
Martes: el Granada anuncia a primera hora de la mañana la destitución de Escribá y, una hora más tarde, la llegada de su sustituto: Pacheta. Por la tarde, dirige su primer entrenamiento. Miércoles: segunda entrenamiento a los mandos de Pacheta. Jueves: tercer entrenamiento y presentación oficial del técnico burgalés. Viernes: rueda de prensa previa al partido contra el Deportivo de La Coruña y cuarto entrenamiento. Cuatros días llenos de acontecimientos, intensidad y mucho trabajo que han servido para cambiarle la cara al equipo como si de un calcetín se tratara. Los nazaríes han logrado escuchar el triple pitido final en Riazor con el marcador a su favor.
Tras tocar fondo en casa contra el Eibar, los rojiblancos han firmado, probablemente, la mejor primera parte de la temporada como visitante. La escuadra andaluza salió a morder desde el principio (efecto Pacheta) y el esfuerzo no tardó en surtir efecto. Las dianas de Abde Rebbach y Tsitaishvili en la primera mitad colorearon de rojo y blanco los números del electrónico. Los rojiblancos bajaron el ritmo en la segunda parte, aunque prosiguieron con el control del encuentro. Mariño se confió en demasía y regaló el 1-2, aunque Trigueros prácticamente al instante respondió con el tercer gol. En la recta final, el Granada se complicó más de lo deseado tras encajar el 2-3 de penalti con todo el descuento por delante. Finalmente, el principal objetivo se logró, el rendimiento del equipo ha mejorado notoriamente y dormirán en la sexta plaza, a expensas de que el Almería dicte sentencia mañana en casa contra el Racing de Santander.
Los jugadores del Granada captaron el mensaje de Pacheta desde el principio, presionando y apretando con intensidad desde el principio en busca de abrir la lata. Durante los primeros minutos, el nuevo técnico granadinista no paró de dar indicaciones a sus jugadores. En ciernes de alcanzar la primera decena de minutos, los futbolistas del Deportivo protestaron bastante un agarrón de Neva dentro del área. Acto seguido, a la contra, Villar asistió a Rebbach, quien definió cruzando su disparo y batiendo a Germán Parreño. Posteriormente, le llegó el turno al VAR, encargado de revisar tanto el posible penalti de Neva como un fuera de juego milimétrico de Abde en la jugada del gol. No obstante, tras varios minutos con el juego parado, el colegiado Sánchez López señaló el círculo central, dando validez al tanto del Granada.
Los andaluces encontraban con asiduidad grietas en la zaga gallega, aunque los rojiblancos también dejaban dudas en defensa. Diego Gómez no se quedó lejos de encontrar la escuadra de Mariño en un disparo a la media vuelta. Sin embargo, el Granada dominó durante toda la primera parte, cuidando cada posesión y mostrándose muy efectivo en cada recuperación tras pérdida. Al borde de la media hora, el balón se quedó botando cerca del área defendida por el Deportivo. En esa jugada, Pablo Vázquez y Germán protagonizaron un error de comunicación. Ninguno dio el paso para despejar el balón y Tsitaishvili, astuto, metió la punta de la bota, cuyo leve contacto con el esférico resultó ser suficiente para anotar doblar la ventaja en el marcador.
El Granada siguió gustándose hasta el descanso, monopolizando el juego con Gonzalo Villar y Trigueros como protagonistas. En el minuto 33, los nazaríes firmaron una gran jugada en la que el centrocampista murciano encontró al toledano dentro del área. El ex del Villarreal filtró un pase para que Rebbach anotara el 0-3 a placer, pero el extremo argelino, en una acción de gol o gol, se encontró con una parada de mucho mérito del guardameta ilicitano. El Dépor, por su parte, encontró el fondo de las mallas en una jugada que culminó Eddahchouri, aunque el tanto fue anulado por fuera de juego y se quedó tan solo en un leve susto. El árbitro Sánchez López mandó a ambos equipos a los vestuarios con 0-2 en el marcador, confirmando la fabulosa primera mitad del Granada.
En la segunda mitad, los nazaríes bajaron el ritmo y se mostraron más conservadores, mientras que un Deportivo mucho más intenso que en los primeros 45 minutos llevó las riendas del partido durante un cuarto de hora. Villares tuvo una ocasión en el minuto 47 con un disparo que obligó a Mariño a sacar una gran mano. El Granada empezaba a sufrir y Pacheta optó por mover ficha, dando entrada a Jóźwiak en detrimento de Rebbach. El polaco se colocó en la banda derecha, desplazando a Tsitaishvili a pie natural. A partir de entonces, el Granada consiguió calmar las aguas y volvió a llevar la iniciativa, aunque apenas dispusieran de ocasiones. No fue hasta el minuto 68 cuando resonó el «ui» en las gradas de Riazor con un potentísimo disparo lejano del exgranadinista Sergio Escudero que impactó contra la madera.
Pacheta volvió a recurrir a los revulsivos, introduciendo en el verde a Hongla y Ricard Sánchez en los lugares de Sergio Ruiz y Rubén Sánchez. Justo después, Mariño se hizo un lío en una acción sin aparente peligro, pero el portero vigués se durmió y Barbero, tras ejercer la presión, le comió la tostada, robándole el balón y anotando sin oposición. El partido parecía que cogía un color oscuro para los rojiblancos con tan solo un gol de ventaja, pero lograron resolverlo en tiempo récord. Tras sacar de centro, la zaga deportivista se relajó en exceso. Neva colgó un balón al área que atacó Jóźwiak y, sin tocarlo, le llegó el esférico a un Manu Trigueros que, sin marca alguna a su alrededor y sin guardameta frente a sus ojos, empujó el balón para recuperar el margen perdido un minuto antes.
De cara a la recta final, el Granada agotó sus cambios para modificar su banda izquierda al completo. Se retiraron Neva y Tsitaishvili, siendo sustituidos por Neva y Rodelas. Los rojiblancos controlaron el juego durante la mayoría de los últimos instantes a través de posesiones largas, evitando asumir riesgos para asegurar el resultado. Sin embargo, tras una pérdida que se podría haber ahorrado, Yeremay se adentró en el área y Ricard Sánchez, intentando evitarlo, tocó por detrás la bota del extremo grancanario, derribándolo y provocando la pena máxima. Tras guisar el penalti, la perla del Deportivo hizo honor al refrán ejecutándolo a lo Panenka con éxito. El Granada tenía todavía por delante los cinco minutos de descuento. Parecía que iban a ser eternos, pero se mostraron sólidos en defensa y sobrevivieron a las ofensivas de los locales. Antes de la última jugada, una falta favorable a los nazaríes, Barbero vio la cartulina roja por protestar. Finalmente, el cambio de entrenador surtió efecto y los rojiblancos vuelven a expandir esperanza en busca de la última plaza con billete para el play-off.
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