Tras su buen hacer en Segunda División con el conjunto ilicitano, el entrenador bilbaíno se ha ganado la renovación y oportunidad de poder entrenar al Elche en su retorno a la Primera División. Después de una temporada donde los alicantinos fueron de menos a más, los blanquiverdes lograron el ascenso con una goleada el pasado domingo en Riazor, lo que certificó el buen momento por el que pasa tanto el club como el técnico euskaldún.
El Elche está de vuelta en Primera, acompañando de un Éder Sarabia que ha recuperado la sonrisa en el conjunto valenciano. Tras un inicio de temporada con incertidumbre, donde se llegó a plantear una salida del técnico, dados los malos resultados, tanto el Elche como el propio Sarabia se mostraron confianza mutua, consiguiendo reinvertir la situación deportiva y certificando un ascenso para el cual eran uno de los favoritos junto a un Levante que ha quedado dos puntos por encima.
Un Elche de menos a más
Tras un inicio de temporada complicado y parejo a la temporada 23-24, donde el Elche quedó lejos de esos puestos que te llevaban al play-off, el ambiente se desenvolvió caldeado en el Martínez Valero: el equipo se encontraba en la zona de peligro de la clasificación, queriendo el aficionado ilicitano la cabeza de un Sarabia al que la propiedad del club le daría un voto de confianza.
El pésimo inicio de temporada, dejando puntos por el camino ante clubes que acabarían estando muy por debajo del nivel mostrado por el Elche esta campaña (Albacete, Zaragoza o Racing de Ferrol), acabaría dando un vuelco, realizando una escalada hacia la zona noble de la competición un Elche que iba encontrándose en cuanto a juego además de conectar a sus fichajes –los cuales han sido de vital importancia para asentar las bases del ascenso–.
Tras encadenar hasta 7 partidos ligueros sin conocer la derrota en el mes de enero y 9 en el mes de marzo, los de Éder Sarabia –que había recuperado la confianza del graderío verdiblanco tras su buen hacer en Copa del Rey, eliminando a todo un primera división como la UD Las Palmas– no se descolgaron de esa zona de ascenso directo a la Primera División. A pesar de las derrotas ante Huesca y Levante, sus dos victorias finales ante Deportivo y Málaga, ayudados por las derrotas de sus competidores directos, certificaron aquello que a principio de temporada parecía impensable: el ascenso con un Éder Sarabia que pasó de villano a ser uno de los amuletos para un ascenso que llegaba 2 temporadas después del descenso a la categoría de plata.
Primera, el primer gran reto de Éder Sarabia
Entrenar en Primera División son palabras mayores para cualquier técnico, y también lo son para Sarabia, que afronta el reto de dirigir en la élite como el mayor desafío de su joven carrera en los banquillos. Su buen hacer como ayudante en el Real Betis lo catapultó al Andorra, club pirenaico con el que vivió su primera experiencia en Segunda División y en Copa del Rey, antes de dar el salto al Elche.
Pese a un inicio complicado con los ilicitanos, el nombre de Sarabia nunca fue cuestionado en la élite del club. Desde el primer momento se le mostró confianza, y el bilbaíno supo revertir una situación realmente crítica como la vivida en el arranque liguero, donde pocos imaginaban que el Elche acabaría la temporada goleando al Deportivo y logrando el ascenso, a pesar de las dos derrotas consecutivas en la recta final del campeonato, que podrían haber allanado el camino a alguno de sus perseguidores para hacerse con la segunda plaza. Todo ello, además, como el equipo menos goleado de la competición.
Con el ascenso, la confianza en el técnico se ha triplicado, al igual que los ingresos del club. Hasta 50 millones ha ingresado un Elche que volverá a darle las llaves del proyecto a Sarabia –siempre bajo el paraguas de la propiedad–, un técnico que se ha ganado el derecho a disfrutar de una de las etapas más especiales de su carrera, al frente de un Elche que buscará estabilidad en la máxima categoría.
En búsqueda de la estabilidad en Primera
El ascenso y la renovación de Sarabia no hacen más que confirmar el rumbo que busca el Elche: estabilidad. La confianza en el técnico vasco deja claro que el club quiere construir un proyecto en torno a su figura, un reconocimiento merecido por su resiliencia en los momentos más inestables, que acabaría deparando todo un ascenso a Primera División.
Ya lo demostró el curso pasado: con menos recursos, el Elche supo reponerse y configurar una plantilla sólida, que a día de hoy cuenta con pilares llamados a ser fundamentales en la élite (Affengruber, Nico Fernández, Nico Castro o incluso Álvaro Núñez). En lugar de desmontar esa columna vertebral, el club busca ahora reforzarla con piezas que complementen el bloque ya consolidado, sin búsqueda de la improvisación y que pueda dar al Elche una temporada de retorno tranquila.
Con la competición recién finalizada, el conjunto franjiverde ya está inmerso en el mercado estival. Germán Valera, futbolista que ha vuelto a mostrar su mejor versión bajo las órdenes de Sarabia, se prevé como primer movimiento oficial de un Elche que, si quiere vivir una temporada ilusionante, deberá acertar en un mercado donde las exigencias serán tan altas como la categoría a la que regresa.
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