Corberán y Gourlay, los Bud Spencer y Terence Hill del Valencia

La situación liguera del Valencia es más que semblante a la de la pretérita temporada, donde el conjunto valencianista llegaba a la Navidad sumido en la zona baja de la clasificación. Lejos de tener cura por la situación, la propiedad del conjunto de Mestalla ha dejado todo en manos de Ron Gourlay y, sobre todo, un Carlos Corberán al que no dejan de repetir siempre que es posible que confían a ciegas en el técnico valenciano. El mercado de fichajes que se avecina a partir del día 1 será uno dependiente del CEO y sus diferentes ojeadores además del propio Corberán.

En el Valencia todo sigue igual y nadie quiere hacerse cargo de las culpas. Lejos de ello, aquellos que tienen la lupa encima, prefieren echar balones fuera y «cargar» de confianza a las caras visibles de la entidad. Ya pudo verse en la pasada junta de accionistas, donde el presidente del conjunto ché no dudó en decir que Corberán era su hombre de confianza, al unísono que Ron Gourlay comentaba que no estaba dispuesto a no triunfar en el que sería su ultimo cargo dentro del futbol. Estos dos últimos nombres apuntan a ser los que deberán salvar al club de Mestalla «de aquí en adelante»

Corberán entre reforzado y abandonado 

El técnico del Valencia, como Griffin Dunne en «After Hours» está solo ante el peligro y no le queda otra que pedir ayuda y correr de un lado a otro. Su idea ya no cala en el vestuario y, desde la propiedad, lejos de darle ayudas, simplemente le refuerzan más, sin darle ideas para retocar la situación.

El club no duda de su profesionalidad, concepto del que tampoco sus jugadores, aunque estos últimos si parecen haber prescindido ya de la idea del técnico… y el técnico de intentar implantar conceptos nuevos sobre el tapete. Porque del Carlos Corberán vertical, que ponía en aprietos a los rivales -a los que les costaba realmente frenar las estampidas que creaba lo potenciado por el entrenador valencianista, no queda absolutamente por el simple hecho de sus jugadores, que parecen pedir a gritos que no se escuchan que llegue un nuevo entrenador porque esta idea no nos entra.

Lo que es un hecho es que el técnico valencianista va a continuar lo que queda de temporada en el Valencia, vayan bien o mal las cosas, la dirección del conjunto de Mestalla ya ha demostrado que se tragará sus palabras si hace falta. Parece que le han hecho como una promesa, tu sigues en el cargo pero a nosotros no nos pidas nada más que ese «ok» de Lim que deberá llegar y con urgencia ahora cuando el mercado se abra porque si no lo hace, que Corberán estará mas solo que nunca, será un concepto del que nadie puede dudar.

Ron, a salvar su papeleta desde las oficinas 

El directivo escocés salió a la junta a descartar lo que muchos ya piensan de él: que el estar en una directiva como la del Valencia lo ha acomodado a tal punto que esos aires con los que llegaba el pasado mayo se han disipado ya pero con sus palabras, logró convencer a alguien seguro, a mí no me tiene ganado, pero se le ve que no está aquí de paso, que le encantaría hacer crecer a ese gigante dormido que él nombró en su discurso, pero está ese mal que no lo permite de buenas a primeras.

A la gente que lleva muchos años Ron no le convence, pero en parte se vio el mercado pasado y con algún nombre que ha sonado a las puertas del invernal, que es, junto al equipo que ha reclutado, gente que trata y conoce el futbol. Porque en el Valencia actual nadie sabía hasta hace poco quién era Filip Ugrinic, que ha resultado ser la super estrella del equipo en el rato que ha jugado. Porque de eso trata el futbol, de traer gente que conozca algo más que su circulo cercano como podía pasar con el anterior supuesto director deportivo del Valencia.

Tanto Ron como Corberán están en las mismas y no les queda otra que unir fuerzas, que sumar horas de futbol juntos y estrujarse la cabeza más de la cuenta puesto que ese mal se lo obliga. Por muy y mucho que puedan criticar tercerosa estas dos figuras, creo que el Valencia debe volver con gente así en su casa. Porque si no te motiva lo que haces, simplemente acabas como el Valencia, deseando que finiquite la competición para poder irte de vacaciones. Yo tengo clarísimo que ambos, no son de la misma pasta que el propio mal.

Solos contra el mal.

Posteriormente al pretérito encuentro entre el Valencia y el Mallorca, hubo una reunión en Mestalla a fin de ya no solo empezar a establecer las bases de cara al mercado invernal, también para hacer una mínima valoración de aquello que ha sido hasta el momento una primera vuelta de temporada insuficiente por parte del Valencia. 16 puntos en 17 partidos, un equipo que no evoluciona y comete los mismos errores -de ahí la creencia que el jugador ya no cree en su entrenador–

Este tipo de reuniones tienden a presidirlas personas muy marcadas dentro de la institución, entre ellas un presidente. En el caso del Valencia, posiblemente ni el presidente supiera de la existencia de dicha reunión porque ni al campoacude dicho a visionar los partidos -imagina la conflictividad contra su figura. Fue por ello y con dicha ausencia tan marcada que únicamente apareció para escudarse frente a los ataques dada la gestión hecha por su entorno sobre el club, Ron Gourlay, Lisandro Isei y Carlos Corberán fueron quienes acudieron a dicha reunión y quienes están destinados a salvar la situación con los medios justos.

Viendo los componentes de esa reunión te das cuenta que ninguno de ellos son el mal, porque ahí están a fin de poder socorrer una situación agónica y que ya empieza a agotar hasta al que más aguante tiene. A dicho mal no le dio por aparecer en la reunión, ya tuvo suficiente con su nefasta aparición en la junta de accionistas y posiblemente en lo que le resta de presidencia en el Valencia, porque quien hace el bien se hace cargo de aquello en lo que erra, el mar por su lado, te dirá que él no tiene la culpa y que simplemente, te aguantes y esperes.