La efectividad de los granotas durante la primera mitad dicta sentencia en Los Cármenes
El Levante ha colocado el punto y final a la racha de un Granada cuya racha ha permanecido en cuatro victorias consecutivas y ocho duelos sin conocer la derrota. Hoy, se han vuelto a saborear la salida del estadio con las manos vacías. La efectividad del combinado visitante marcó la diferencia durante la primera parte. Los granotas se marcharon al intermedio con diferencia de dos dianas. Los andaluces, por su parte, se mostraron fallones de cara a puerta y, por varios momentos, atascados ante el bien plantado muro visitante. El tanto de Ricard Sánchez abrió la puerta a soñar, pero Los Cármenes volvió a despertarse sin completar la obra.
Primera parte: la efectividad granota marca la diferencia
La equidad se adueñó del comienzo de encuentro, cada equipo con sus armas. Ataques directos del Granada frente a un Levante más conservador con balón. El nombre protagonista de la previa, Oscar, hizo sonar los aplausos con cada acción exitosa en fase defensiva. Las ocasiones no tardaron en nacer en Los Cármenes. Andrés Fernández aportó una excepcional manopla para pringar una contra de color rojo y blanco. Previamente, Kochorashvili había intentado un remate de espuela, sin problemas para Mariño. No obstante, aterrizó el primer golpe en el Zaidín Fue el propio jugador georgiano, precisamente, quien aprovechó en un córner una siesta de los locales para que su zurdazo viera puerta.
Tras el estreno del electrónico, la reacción de los andaluces se hizo de rogar. Mientras, el combinado dirigido por Julián Calero controlaba el duelo, sin prisa ni pausa. Después de varios minutos, Villar intentó un disparo desde la frontal cuya curva no cogió el efecto necesario. La mejora rojiblanca entró en escena con frecuentes pisadas del último tercio verde.
Sin embargo, los granotas volvieron a dictar sentencia gracias a un disparo de Pedro Martínez que rebasó la línea de cal. El VAR implantó la incertidumbre durante un minuto, pero el marcador dobló la ventaja. Por momentos, los nazaríes mostraron notorios problemas para superar la presión levantina, mientras que la sequía ofensiva y los obstáculos para encontrar buenas zonas de disparo marcaron la diferencia. Con la llegada del intermedio, se la grada se expresó con unos (muy) tímidos silbidos.
Segunda parte: búsqueda de remontada
De cara a la segunda mitad, Escribá optó por un cambio de sistema con la entrada al campo de Reinier en lugar de Tsitaishvili. No obstante, el inicio futbolístico de los locales dejó que desear. Se le pudo escapar la lucha por los puntos, pero Carlos Álvarez perdonó la vida en un cabezazo en plena área pequeña que regaló a los brazos de Mariño.
La incapacidad de los rojiblancos para robar impacientó a una grada desesperada. En medio de las tinieblas, un rayo de luz vislumbró esperanza en el Zaidín. Reinier bombardeó la portería, Andrés Fernández respondió de maravilla y poco pudo hacer en la segunda jugada ante Ricard Sánchez. El lateral recortó distancias ante el éxtasis andaluz. Los Cármenes se recreó en forma de infierno.
En plena búsqueda del empate, Boyé, solo en pleno corazón de la zona de peligro, erró un remate de cabeza que propició el movimiento de las manos a la cabeza en los miles de individuos presentes. El asedio nazarí prosiguió su marcha, aunque la escuadra valenciana provocó algún que otro susto también. Iván Romero perdonó un mano a mano ante un agigantado Mariño. En la recta final, el conjunto local se atascó en exceso y no pudo volver a romper el muro granota.
Más historias
Crónica del Granada 1-1 Elche: los nazaríes se chocan con el muro ilicitano
Alineaciones del Granada – Elche: Gonzalo Villar, única novedad del once nazarí
El Granada juega con fuego y salva los muebles en Cartagena