Crónica del Granada 0-0 Burgos: los nazaríes arrastran la sequía goleadora sin Uzuni

Los rojiblancos se atascan y no pasan del empate ante el Burgos en Los Cármenes

El Granada se estrena en su primer encuentro liguero del nuevo año con un empate ante el Burgos en Los Cármenes que sabe a muy poco. La polémica en torno al ‘caso Uzuni’ se arrastra hacia el terreno de juego. Al igual que en el partido de Copa del Rey contra el Getafe, los andaluces han vuelto de echar de menos al delantero albanés ante la sequía goleadora del resto de futbolistas. De esta manera, el conjunto rojiblanco se vuelve a dejar por el camino dos puntos en la eterna lucha por el ansiado regreso a la máxima élite del fútbol español. 

El Granada empezó el encuentro controlando el juego durante los primeros instantes, aunque la primera ocasión cayó de parte de la escuadra visitante. Un disparo lejano de Pipa provocó el primero de varios sustos en el barrio del Zaidín. Con el minuto 10 iluminado en el marcador, la grada de Los Cármenes comenzó a corear ‘Uzuni quédate’, seguido del ya habitual ‘directiva dimisión’. En el verde, los nazaríes mostraron excesivos problemas para progresar con balón y para robar en campo contrario. Dio la sensación de que tan solo algún fogonazo suelto o una jugada a balón parado podía desatascar un agrio encuentro.

Los delanteros, Reinier y Weissman, desaparecieron en fase ofensiva. Los extremos, por su parte, se mostraron poco inspirados durante la primera media hora de duelo. A partir del minuto 30, Tsitaishvili sacó a relucir algunos destellos que no concluyeron con final feliz. En la recta final de la primera mitad, el VAR revisó una posible mano de Rubén Sánchez, pero permitió a Huerta de Aza reanudar el juego. En el minuto 40′, Miguel Rubio demostró su poderío aéreo para anotar un tanto que fue invalidado por fuera de juego posicional de Loïc Williams. Con la llegada del descanso, Los Cármenes dedicó algunos pitos a sus jugadores.

En la segunda parte, Dani Ojeda provocó algún mini-infarto con un disparo desde la frontal que lamió el poste más alejado para Luca Zidane. Para contrarrestar, Ricard dispuso de una ocasión clara frente al guardameta Cantero, pero su disparo, desde una posición escorada, se marchó muy desviado. Durante demasiados minutos reinó sobre el césped un bajo ritmo de juego que, a la larga, terminó perjudicando a los nazaríes. Carecieron de organización en ataque y dependieron demasiado de las jugadas individuales.

Con una hora de partido disputada, Lucas Boyé regresó a los terrenos de juego casi dos meses después. Dejó buenas sensaciones y se echó el equipo a la espalda. El ariete argentino rozó la diana en una nueva acción a balón parado en la que el delantero, de espaldas, se anticipa a la salida de Cantero. Su cabezazo se marchó fuera por muy poco. A partir del 70, los rojiblancos dieron un paso adelante y el Burgos se hundió. El contrarreloj empezaba a hacerse notar en Los Cármenes. Rubio, de nuevo a balón parado, remató un balón al límite. El esférico se paseó por delante de la portería y, sin éxito, superó la línea de fondo.

En la recta final, los rojiblancos asumieron riesgos en busca de los tres puntos. En una contra a favor del Granada, Cantero sacó a relucir una fantástica mano ante un Tsitaishvili que optó por recortar en el área pequeña. El guardameta visitante salió vencedor. Los nazaríes, con las prisas en su máximo esplendor, no supieron gestionar la presión de los últimos minutos. En plena última curva, Escribá dio entrada al debutante Samu Cortés, que apenas tuvo tiempo para demostrar su valía. Los rojiblancos, de hecho, incluso pudieron perder en una peligrosa falta. Luca Zidane tuvo que realizar una gran parada para salvar a su equipo. Finalmente, Huerta de Aza decretó el final del partido ante la decepción de Los Cármenes.