Los nazaríes suman un punto en un partido que se complicó en exceso tras la expulsión de Ricard Sánchez
El tanto del empate de Lucas Boyé ha permitido al Granada sumar un punto de oro teniendo en cuenta las circunstancias del encuentro. La expulsión de Ricard Sánchez al borde del descanso, junto a la lesión de Neva, condicionó las opciones de los nazaríes tras una buena primera parte. Escribá apostó por Tsitaishvili como lateral izquierdo y Gerard Valentín aprovechó las debilidades defensivas del georgiano durante toda la segunda mitad.
El grueso de la zaga nazarí, especialmente el triángulo formado por la pareja de centrales y Luca Zidane, se mostró sólido a pesar de la inferioridad. No obstante, una jugada muy mal defendida en la que Manu Lama y Luca Zidane salieron en la foto propició el tanto de Soko. Ocho minutos más tarde, en un saque de esquina, Boyé remató el centro de Trigueros para colocar un empate que terminó siendo definitivo.
El Granada cuajó una buena actuación mientras perduró la igualdad de peones sobre el terreno de juego. Al poco de sonar el pitido inicial, un pase de Manu Lama que se quedó corto provocó el primer susto. No pasó a mayores. Los rojiblancos, muy pendientes de las carreras de Soko y Gerard Valentín, se mostraron muy atentos en tareas defensivas, destacando especialmente Neva y Manu Lama en este sentido.
En fase ofensiva, acumularon numerosas llegadas con peligro (la mayoría de ellas originadas desde la banda izquierda), aunque se echó de menos un mayor porcentaje de éxito en la toma de decisiones para el último pase. La más clara la tuvo Tsitaishvili, que volvió a citarse con la mala suerte para estrellar un zurdazo contra la madera.
Pasada la media hora de juego, Neva se tiró al suelo. Previamente, había mostrado gestos de dolor en su pierna derecha en una disputa con Soko. Con Ricard Sánchez preparado para entrar al terreno de juego, el capitán del conjunto andaluz se volvió a probar sobre el verde, pero tan solo aguantó hasta el minuto 40. En su lugar, Escribá dio entrada a Ricard Sánchez, cambiando de banda a Rubén Sánchez.
Ambos equipos protagonizaron una primera parte conservadora, sin asumir demasiados riesgos y priorizando la portería a cero. Con el tiempo de descuento cumplido, Ricard Sánchez protagonizó un error digno de prebenjamines para dejar a su equipo en inferioridad numérica de cara a toda la segunda mitad. Con el descanso tocando al timbre, el lateral propició un rodillazo a Soko tras un forcejeo y se ganó la tarjeta roja.
De cara a la segunda parte, Escribá tuvo que recomponer el dibujo. Volvió a ubicar a Rubén Sánchez en el flanco derecho, mientras que apostó por Tsitaishvili en el lateral izquierdo. Asimismo, tocó defender a regañadientes durante tres cuartos de hora, con centrocampistas y delanteros aportando un plus de energía jugada tras jugada. Al poco de iniciar la segunda mitad, Stoichkov estuvo a punto de dar la sorpresa con un remate dentro del área que se quedó muy cerca de contactar con el fondo de la red.
Los nazaríes defendieron con éxito las primeras ofensivas del Huesca. Sin embargo, no tardó Antonio Hidalgo en focalizar sus ataques a lomos de Gerard Valentín. El extremo superó una y otra vez a un indefenso Tsitaishvili mientras cargaba el área con varios efectivos. Los centrales y Luca Zidane echaron el cerrojo en la amplia mayoría de las jugadas, mientras que el equipo veía imposible aguantar posesiones con diez futbolistas.
Pasado el minuto 70, Escribá dio entrada a Hongla y Trigueros en los lugares de Gonzalo Villar y Abde Rebbach, dibujando un 4-3-2. El pivote camerunés estuvo especialmente atento para ayudar en el flanco izquierdo a Tsitaishvili, que tardará en olvidar el color de las botas de Gerard Valentín. A pesar del innegociable esfuerzo del combinado andaluz, el Huesca abrió la lata en el minuto 76.
Los errores individuales volvieron a pesar en una jugada tremendamente mal defendida. Manu Lama, con intención de obtener un saque de puerta, dejó pasar un balón que se marchaba por la línea de fondo, pero Javi Hernández le comió la tostada in extremis. Luca Zidane despejó malamente el balón y concedió una segunda jugada que aprovechó a las mil maravillas Soko con un gran remate de chilena.
Con el pesimismo abundando en las mentes granadinistas, la escuadra rojiblanca sacó agua del desierto. Jugada clásica: saque de esquina, centro al corazón del área de Trigueros y cabezazo al segunda palo de Boyé para colocar el empate en el electrónico de El Alcoraz. El propio Boyé se creció a grandes niveles durante la recta final, imponiéndose en todos los duelos y dando sentido a todas las jugadas que pasaban por sus pies. Antes del tanto del ariete argentino, había entrado al campo Borja Bastón, oficializando su debut con la elástica nazarí.
Por su parte, el Huesca se mostró mucho menos peligroso sin Soko sobre el campo, sustituido tras su diana. Los nazaríes, sin lanzarse a la locura, intentaron completar la remontada, aunque sin enlazar una jugada verdaderamente peligrosa. En el descuento, Gerard Valentín volvió a protagonizar un último destello de brillantez desde la banda derecha, pero Luca Zidane desvió lo justo el balón a un córner que el colegiado Fuentes Molina transformó en saque de puerta por error. Finalmente, los nazaríes, a pesar de las mil y una dificultades, sumó un punto que sabe a oro.
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