18 abril, 2025

EL DIARIO DEPORTES

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Crónica del Cádiz 1-0 Granada: el gen anticompetitivo de los nazaríes vuelve a sacar su brillo

Gonzalo Villar y Melendo pugnan por un balón en el derbi andaluz. / GRANADA CF

Los rojiblancos desperdician una nueva oportunidad para engancharse a la pelea por el play-off, mostrando una desilusionante imagen en tierras gaditanas

El Granada desaprovecha una nueva oportunidad para reengancharse a la pelea por las posiciones de la parte alta de la tabla, pero la derrota de los nazaríes hoy en Cádiz vuelve a reducir las opciones del equipo. A pesar del buen arranque de los rojiblancos, un gravísimo error de Hongla que Mariño convirtió en regalo propició el único gol del partido, obra de Chris Ramos. A posteriori, los visitantes firmaron una actuación para el olvido en la que predominó la pasividad colectiva de una escuadra sin hambre de remontada (cero tiros a puerta en todo el partido). De esta manera, el Granada se mantiene a cinco puntos del play-off a falta de 11 jornadas para el término de la competición.

La excepción se dio en el comienzo del partido, tramo en el que el Granada se mostró superior. Los nazaríes empezaron muy metidos en el encuentro, tomando el mando del duelo a partir de largas posesiones. Generaron varias ocasiones, especialmente una de Tsitaishvili. El georgiano, tras tirar un gran desmarque a la espalda de la adelantada línea defensiva cadista, se marchó con rumbo hacia la portería rival sin camisetas amarillas por delante. Stoichkov, acompañando la acción, se equivocó al pensar que su compañero se encontraba en fuera de juego, por lo que su movimiento redujo drásticamente las opciones de gol. Tsitaishvili, con la diestra, se encontró con la madera, una más para su cuenta particular.

El Cádiz también intentó buscar portería principalmente a partir de las botas de Ontiveros. El malagueño pudo abrir la lata al disponer de un disparo dentro del área, pero Hongla, providencial en esta jugada, evitó el tiro a puerta. Tras el achuchón inicial de los nazaríes, los rojiblancos no volvieron a encontrarse consigo mismos en todo el encuentro. Al poco de alcanzar la media hora, un gravísimo error de Hongla en un pase a Mariño propició el mal control del guardameta. Con el balón suelto en pleno área, Chris Ramos reaccionó rápido para aprovechar el regalo y anotar el 1-0. El Granada no supo encajar el golpe, mostrando una nula agresividad en fase defensiva y atacando sin rumbo alguno. Los constantes envíos largos no hallaron éxito alguno más allá de la ocasión inicial de Tsitaishvili.

En la segunda parte, siguió sonando la misma orquesta. El Granada continuó sin levantar cabeza, con un juego carente de fluidez en el que gobernaba la pasividad. Tanto Hongla como Gonzalo Villar estuvieron desacertados, mientras que los dos puntas aparecieron muy poco. Con el paso del tiempo, los cambios urgían con cada vez mayor necesidad en clave nazarí. Por su parte, el Cádiz controlaba el partido sin problema alguno y resultaba ganador de cada duelo. Quizás les faltó a los amarillos intentar ‘matar’ el partido para evitar posibles sustos.

No fue hasta el minuto 69 cuando Escribá decidió mover el banquillo. Trigueros y Reinier entraron al verde por Villar y Rebbach. Siete minutos más tarde, el técnico valenciano dio entrada a Rodelas y a Weissman en detrimento de Stoichkvo y Neva, jugando el de Alhendín en la posición de lateral izquierdo. Sorprendió que Sergio Ruiz no disputara ningún minuto a pesar del riesgo de perderse el encuentro contra el Oviedo al estar apercibido. Asimismo, ninguno de los cambios surtió efecto para un Granada que no consiguió generar nada más de peligro.

Los rojiblancos, tras desperdiciar numerosas posesiones en los envíos largos a lo largo del encuentro, apostaron por cargar el área de cara a la recta final del partido. No obstante, en su amplia mayoría, los centros se transformaron en caramelos con forma de despeje para la zaga cadista. En el minuto 85, a la desesperada, Escribá dio entrada a Borja Bastón por Tsitaishvili. Los rojiblancos, más allá de algún disparo a la desesperada, no hicieron temblar los cimientos del Nuevo Mirandilla. Tras protagonizar un derbi andaluz para el olvido, el triple pitido final puso la contraportada de una crónica de una muerte anunciada.